FÚTBOL CUARTA JORNADA DE LIGA

El Betis pone fin al record

El Celta llevaba 11 meses sin salir derrotado de su estadio

La magia voló de Balaídos. El Betis se la llevó a Sevilla a pocos días del primer aniversario y una veintena de partidos después de la última derrota del Celta en su campo. Fueron 11 meses en los que Fernando Santos puso orden entre un grupo de desconocidos. Ahora, cuando la camiseta del Celta empezaba a contar con el prestigio de jugadores antaño inasequibles, llegó el primer mal trago de la era iniciada con el nuevo entrenador.La distancia entre el Betis y el Hércules es grande y Balaídos requiere soluciones distintas. Por eso, en el primer tiempo no funcionó el equipo que venció en Alicante...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La magia voló de Balaídos. El Betis se la llevó a Sevilla a pocos días del primer aniversario y una veintena de partidos después de la última derrota del Celta en su campo. Fueron 11 meses en los que Fernando Santos puso orden entre un grupo de desconocidos. Ahora, cuando la camiseta del Celta empezaba a contar con el prestigio de jugadores antaño inasequibles, llegó el primer mal trago de la era iniciada con el nuevo entrenador.La distancia entre el Betis y el Hércules es grande y Balaídos requiere soluciones distintas. Por eso, en el primer tiempo no funcionó el equipo que venció en Alicante. Flaqueó en el lateral derecho, posiblemente la única demarcación en la que Merino no trabaja a gusto, y con el dominio y el balón en los pies, tampoco resultó efectiva la delantera de bajitos que formaron Revivo y Sánchez.

El primer síntoma de que las cosas se deslizaban para los andaluces llegó hacia el minuto 25; fue una falta que sacó Jarni y Pier bombeó de cabeza por encima del larguero. Había ocurrido que dos de los hombres con menos nombre del equipo bético, Alexis y Merino, empezaban a rentabilizar una labor oscura en el centro del campo, y sólo así pudieron aparecer jugadores a los que Fernando Santos había temido tanto como a Finidi, Alfonso o Jarni, a quien Merino trató con excesiva benevolencia.

Con el Celta apretándose en campo bético, llegó el segundo zarpazo del conjunto de Lorenzo Serra Ferrer, en una internada de Luis Fernández por la banda izquierda -huérfana, como siempre, de defensores célticos- que culminó Olías tras una carrera de 50 metros.

Archivado En