DE OLIMPIADA

José Sánchez Mora, un sevillano de 39 años, tiene en su haber varios récords, entre ellos el de tesón personal. Una distrofia muscular a los nueve años le ha obligado desde entonces a ir en silla de ruedas a todas partes. Pero José descubrió en los viajes su verdadera vocación, que ayuda simultáneamente a que la enfermedad no avance. De manera incansable ha recorrido Europa, América y África. Sólo nuestro país lo ha atravesado de cabo a rabo en 10 ocasiones; más de 200.000 kilómetros realizados gracias a aportaciones voluntarias. "Me han pegado y robado en algunos sitios, pero tengo que re...

José Sánchez Mora, un sevillano de 39 años, tiene en su haber varios récords, entre ellos el de tesón personal. Una distrofia muscular a los nueve años le ha obligado desde entonces a ir en silla de ruedas a todas partes. Pero José descubrió en los viajes su verdadera vocación, que ayuda simultáneamente a que la enfermedad no avance. De manera incansable ha recorrido Europa, América y África. Sólo nuestro país lo ha atravesado de cabo a rabo en 10 ocasiones; más de 200.000 kilómetros realizados gracias a aportaciones voluntarias. "Me han pegado y robado en algunos sitios, pero tengo que reconocer que hay más gente buena que mala", asegura. Cuenta, con cierta sorna, que en una ocasión la Guardia Civil de Tráfico le impuso una multa por exceso de velocidad bajando el puerto de Pajares. Sánchez salió de Sevilla el día 12 de mayo, y ayer abandonó León camino de Valladolid. Cada jornada realiza entre 60 y 70 kilómetros. En esta ocasión viaja con un cachorro de pastor alemán, Scout, que encontró abandonado "medio muerto" en un contenedor de basura de Castellón. La compañía del animal le impide dormir en los albergues públicos, pero no le importa. Dice que ha descubierto en él a su mejor amigo, y a tenor de las miradas que el perro le profesa, parece ser cierto. El cachorro, que sólo come paté, no se separa de su protector salvo para hacer sus necesidades fisiológicas-