Carballo cae en la barra fija

El español falló en el primer agarre a una mano y se fue al suelo 40 El gimnasta cree que hubiera logrado el oro

Jesús Carballo, el gimnasta seguro, que casi nunca falla, cometió el primer gran error de su vida deportiva la madrugada del martes en el Georgia Dome de Atlanta. Un error que recordará siempre, porque le quitó una medalla olímpica. Su ejercicio era el más difícil de los ocho participantes en la final de barra fija, porque incluía una mayoría de sueltas a una sola mano, pero también tenía su riesgo. Y a la primera, cuando su empaque de campeón del mundo encantaba a todos, se le escapó la barra. El aparato más espectacular de la gimnasia, el que por algo ha ido al circo, y el que por alg...

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Jesús Carballo, el gimnasta seguro, que casi nunca falla, cometió el primer gran error de su vida deportiva la madrugada del martes en el Georgia Dome de Atlanta. Un error que recordará siempre, porque le quitó una medalla olímpica. Su ejercicio era el más difícil de los ocho participantes en la final de barra fija, porque incluía una mayoría de sueltas a una sola mano, pero también tenía su riesgo. Y a la primera, cuando su empaque de campeón del mundo encantaba a todos, se le escapó la barra. El aparato más espectacular de la gimnasia, el que por algo ha ido al circo, y el que por algo cierra con broche de oro los concursos, no pudo tener color español."Realmente no lo esperaba, porque no suelo fallar en barra. No recuerdo cuándo fue la última vez que me pasó", comentó Jesús Carballo tras acabar la prueba. El gimnasta español señaló que antes de comenzar el ejercicio no se sintió presionado por lo que pudiera esperarse de él. "Estaba tranquilo; el interés de la gente me motivaba para hacerlo bien". Sin ese error, Carballo hubiera podido lograr el título olímpico, ya que recibió un 9,350, lo que, unido a la penalización de la caída (0.50), le habría otorgado el 9,850, con el que se proclamó campeón el alemán Adreas Wecker. "Sin fallar hubiese estado en el primer puesto", agregó Carballo.

El ruso Voropaev, que había actuado el primero, hizo dos sueltas con mortales muy buenas, pero siempre con las dos manos, Le puntuaron 9,712. Las medallas estaban más arriba. El alemán Wecker efectuó una suelta más, pero también a dos manos y muy seguro. Quizá estaba por ahí el oro con 9,850. Luego vino Carballo y, a pesar del fallo, le puntuaron 9,350. El concurso estaba roto. El surcoreano Lee también se fue al suelo y fue el peor. El ruso Nemov, resentido en el hombro izquierdo tras las paralelas, incluso falló en un agarre en el calentamiento y se quedó en 9,800. Sólo el búlgaro Dounev subió a 9,825 para lograr la plata tras Wecker. El ucranio Scherbo, en su línea de fracasos, sólo se llevó el bronce con la misma puntuación que Nemov y el chino Fan Bin. Tres medallas de bronce y Carballo sólo séptimo. En las finales anteriores, Nemov ganó su primer título límpico en salto tras haber sido lata en el concurso general y ronce en dos de los tres aparatos e la primera jornada de finales, suelo y caballo con aros. Se lo merecía por sus maneras de campeón, aunque sólo fue gracias a que el surcoreano Yeo Hong Chul, una auténtica bomba volante, falló en la salida de su segundo salto, con triple salto mortal Impresionante. Pero lo que volvió a ser muy discutible fue la pobre puntuación que los jueces le dieron a Scherbo. Se tuvo que conformar con el bronce.

La barra de equilibrios tuvo las dos caras de la gimnasia femenina y de Estados Unidos. La del justo triunfo esta vez de Shannon Miller (casi perfecta), sobre la ucrania Lilia Podkopaieva (un poco más imprecisa), una compensación a su fallo en el concurso general individual. Y la de casi la tragedia, pues la pequeñísima Dominque Moceanu demostró que no sólo es una muñeca, sino también de goma.

En la primera serie de giros hacia atrás le falló el apoyo del pie izquierdo para el salto, no giró del todo y en lugar de apoyar con los pies lo hizo de pleno con la cabeza. Fue impresionante, pero siguió sin inmutarse, aunque ya sin opción alguna.. Por un momento vino al recuerdo la campeona rusa Elena Mujina, en una silla de ruedas por una rotura de cervicales.Las paralelas volvieron a, dar otro disgusto a Scherbo. No sólo le quitó el oro el que era gran favorito con él, su compatriota Sharipov, con un ejercicio muy similar (pero que no falló en dos apoyos de manos como él), sino que al final el factor campo le dio la plata al norteamericano Jair Lynch en el último ejercicio.

En suelo, la rusa Kochetkova empezó poniendo el listón muy alto, pero lógicamente lo subió la norteamericana Dominique Dawes y más aún la rumana Amanar, ganadora ya del salto. Moceanu puso la nota entrañable, que le sirvió, claro, para superar a Kochetkova y tener una medalla de bronce provisional. Pero por poco tiempo. Quedaba aún por salir la campeona completa, Podkopaieva, que volvió a hacer un alarde de su seguridad y se colocó primera, por delante de Amanar y Dawes.

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