España supera el ciclón argelino

El portero Jaume Fort se perfila como el mejor del torneo

Argelia es un equipo molesto al que se debe dominar desde el principio para evitar que su agresiva defensa cause problemas. España siguió a rajatabla esa tesis con brillantez en la primera parte pero se durmió en la segunda, lo que impidió una goleada tal vez necesaria en un eventual triple empate. La victoria acorta el camino hacia las semifinales mientras Jaume Fort hace méritos para convertirse en el mejor portero del mundo. España jugara mañana contra Brasil, el equipo más flojo de su grupo.Dado que tiene poco que perder en unos Juegos Olímpicos, Argelia es una precursora de las tácticas d...

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Argelia es un equipo molesto al que se debe dominar desde el principio para evitar que su agresiva defensa cause problemas. España siguió a rajatabla esa tesis con brillantez en la primera parte pero se durmió en la segunda, lo que impidió una goleada tal vez necesaria en un eventual triple empate. La victoria acorta el camino hacia las semifinales mientras Jaume Fort hace méritos para convertirse en el mejor portero del mundo. España jugara mañana contra Brasil, el equipo más flojo de su grupo.Dado que tiene poco que perder en unos Juegos Olímpicos, Argelia es una precursora de las tácticas defensivas más vanguardistas. Juan de Dios Román, el seleccionador español, analiza así el asunto: "Los entrenadores somos renuentes al riesgo pero el balonmano debe ir hacia cambios frecuentes de sistemas defensivos con el fin de sorprender al rival y dar viveza al juego. En lugar de defensas estáticas, búsqueda de robos de balón y espacios abiertos".

La falta de tiempo para preparar los Juegos -España logró su plaza hace dos meses al proclamarse subcampeona de Europa- impiden que Román pueda aplicar sus teorías en Atlanta; se mantiene fiel al tradicional sistema 5-1: cinco hombres en la linea de 6 metros y otro avanzado. Pero los desinhibidos argelinos ya causaron serios quebraderos de cabeza a Francia, campeona del mundo, en la segunda.jornada (dominaban por 1-5 a los 7 minutos) gracias a su pegajosa defensa 3-3, que a veces se transforma en una presión total, y a una rapidísima circulación en ataque; los galos, que vencieron por 33-22, sólo dejaron de sufrir en la segunda parte.

La táctica de los magrebíes tiene dos defectos intrínsecos: el cansancio y el riesgo de exclusiones que producen los frecuentes contactos. A ellos debe añadirse un antídoto basado en la solidez defensiva, la velocidad en ataque y la producción constante del, uno contra uno, especialmente por los extremos. Conocidos los apuros de Francia, que perdió ante Argelia por 21-23 en el Mundial de Islandia, Román exigió máxima concentración a gritos durante todo el partido, pero sus jugadores sólo le hicieron caso en la primera mitad.

Como atenuante, los árbitros fueron tan permisivos con la dureza de Argelia como estrictos, por emplear la expresión más suave, a la hora de castigar con exclusiones de dos minutos a los españoles. Román estaba relativamente satisfecho tras el partido: "Me hubiera gustado mantener el tono defensivo en la segunda parte pero es casi imposible conseguirlo con, tantas exclusiones, la mayoría muy rigurosas". El entrenador señaló que Duishebáiev está lastrado por el fuerte golpe en la rodilla que sufrió frente a Alemania: "El derrame ha aparecido dos días más tarde pero espero que se recupere del todo para el partido contra Egipto". Conclusión: España logró dos puntos imprescindibles y se acordó de que cuenta con dos formidables extremos (Guijosa y Urdiales) pero sólo convenció a medias, con excepción del impresionante Fort, que confirma cada día su formidable actuación en el Europeo.

Si no se produce una hecatombe ante Brasil, España se jugará el pase a las semifinales el miércoles contra Egipto, un equipo emergente en los últimos años bajo la batuta de Javier García Cuesta. Dos victorias seguidas colocarían al conjunto de Román en la disputa de las medallas, salvo que se dé una extraña carambola de resultados que lo eliminen por la diferencia de goles a favor. Por ejemplo, que Francia, España y Alemania ganen a los otros tres equipos, y que Alemania derrote a Francia en la última jornada del grupo por 28-26; en ese caso, germanos y galos jugarían los cruces en detrimento de España.

Esa desventajosa situación, que otorga una información muy útil a Francia y Alemania antes de su encuentro, proviene de una paradoja: España terminó segunda en el Europeo, una competición de nivel claramente más alto que los Juegos, pero fue el último equipo en clasificarse para Atlanta, lo que le impide ser considerada como cabeza de se rie. Por eso se enfrentó en las dos primeras jornadas contra los otros dos rivales fuertes del grupo. Es decir, España sigue pagando las consecuencias de no haber logrado la plaza olímpica en el último Mundial.

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