La penúltima lucha de las niñas

Las españolas, sin opciones al oro, que parece destinado a la ucrania Podkopaieva

La gimnasia femenina cumple hoy su penúltima etapa, el concurso general individual, antes de la última, las finales por aparatos, que se dividirán en dos sectores, con dos aparatos por día, el próximo domingo y el lunes. El Georgia Dome, que consagró ayer al mejor gimnasta masculino, hará hoy lo mismo con la niña más volatinera. El deporte que hace años tenía a mujeres, no sale, salvo raras excepciones, del infantilismo más total, a veces incluso exagerado.Lo que en el año 1972 con Olga Korbut en los Juegos Olímpicos de Múnich y, sobre todo, con la rumana Nadia Comaneci en 1976 en los de Montr...

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La gimnasia femenina cumple hoy su penúltima etapa, el concurso general individual, antes de la última, las finales por aparatos, que se dividirán en dos sectores, con dos aparatos por día, el próximo domingo y el lunes. El Georgia Dome, que consagró ayer al mejor gimnasta masculino, hará hoy lo mismo con la niña más volatinera. El deporte que hace años tenía a mujeres, no sale, salvo raras excepciones, del infantilismo más total, a veces incluso exagerado.Lo que en el año 1972 con Olga Korbut en los Juegos Olímpicos de Múnich y, sobre todo, con la rumana Nadia Comaneci en 1976 en los de Montreal pareció entre asombroso y entrañable, ha tomado caminos que cuestionan una vez más los efectos del deporte de alta competición.

La gimnasta, ucrania Lilia Podkopaieva, campeona europea y mundial, tratará de resistir el asalto de norteamericanas, rusas y rumanas en un auténtico circo de pequeñas bombas saltarinas.

La imagen de la norteamericana Kerri Strug en brazos del astuto Bela Karoly vende también la explotación infantil. En lugar de, pararse en la heroicidad de una niña, cabría plantearse si merece la pena sacrificios tan enormes a estas edades sobre los 14 años. Las lesiones arrasan en la gimnasia artística y las anorexias en la rítmica. No parece muy de recibo por mucho que se quiera adormar con besos, banderas y medallas.

Individualmente, aunque Estados Unidos fuera el menos malo en un concurso por equipos lleno de fallos, la mejor sigue siendo una niña ucrania, que no va con el mejor equipo, pero es la más segura. Deberá seguir en esa línea de perfección si no quiere verse alcanzada por la gimnasta norteamericana Shannon Miller, a la que sólo sacó 33 centésimas. Quizá su prestigio la salve algo ante la previsible parcialidad de los jueces hacia la gimnasta del país anfitrión.Por detrás, ya parece que sólo podrán- luchar por el bronce las rusas Kontchenkova, Galiyeva y Chorkina, las rumanas Milosovici y Gogean, que han acusado sus lesiones, y la norteamericana Dominique Dawes.

Precisamente por no haberse recuperado al 100% de muchos problemas, las gimnastas españolas no tendrán opción ni de estar en las finales por aparatos, la remota posibilidad de medalla que sólo quedará ya para Jesús Carballo el próximo lunes. Mónica Martín quedó la número 27 entre las 36 mejores (26 al no participar Strug hoy), Joanna Juárez, 31 y

Mercedes Pacheco, 34.

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