Tribuna:

Sin Induráin

No estábamos preparados para soportar sin victorias de Induráin el tiempo que media entre dos ligas de fútbol. Además, la próxima Liga más va a parecer una guerra de África entre legiones extranjeras y me temo una desidentificación general de los equipos españoles en el camino de convertirse todos ellos en el Harlem Globbe Troters, es decir, un dream team en coña. Todavía espero que Induráin gane algo. en Atlanta, porque, de lo contrario, yo, que me conozco, voy a pasar un mes de agosto deprimido e intensamente dedicado al bolero o a la apología del crimen como una de las bellas ...

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No estábamos preparados para soportar sin victorias de Induráin el tiempo que media entre dos ligas de fútbol. Además, la próxima Liga más va a parecer una guerra de África entre legiones extranjeras y me temo una desidentificación general de los equipos españoles en el camino de convertirse todos ellos en el Harlem Globbe Troters, es decir, un dream team en coña. Todavía espero que Induráin gane algo. en Atlanta, porque, de lo contrario, yo, que me conozco, voy a pasar un mes de agosto deprimido e intensamente dedicado al bolero o a la apología del crimen como una de las bellas artes.Tampoco la política nacional. ofrece productos excitantes. De mal agüero fue que Felipe González se comparara con Induráin por la cantidad de victorias, y ya vemos adónde han ido a parar el ciclista y el señor de los bonsáis. Contemplo la plana mayor del poder actual y detengo mi mirada cansina en el señor Alvarez Cascos, del que se sabe por fin qué estaba haciendo la noche del 23-F, pero no me consta la marca del cava ni el sentido del brindis. Me atrae sobremanera el señor Piqué, porque me plantea un misterio genético-histórico-sobrenatural de, expediente X. Por ejemplo, es evidente que Leopoldo Calvo Sotelo fue creado por Dios para meternos en la OTAN y ahora sería, posible que Piqué hubiera sido creado por el PSUC, Javier de la Rosa y Jordi Pujol para privatizarnos. Se dice que es un liberal no dogmático, pero se puede ser no dogmático sin dejar de ser sectario. Yo mismo. No tengo dogmas fijos sobre los veranos ni las reconversiones industriales, pero sin Induráin en el podio y en plena noche de masters vivientes, me resucita el instinto de capador de planetas y deambulo bajo la Luna con el cerebro lleno de cuchillos terribles.

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