TOUR 96

El mapa del 97 está repleto de enigmas

¿Volverá Induráin al Tour? ¿Es Riis un líder de transición? ¿Cuánto pasará hasta que aparezca un nuevo dominador?

El Tour del 96 deja a los aficionados con muchas preguntas en el aire. Demasiados enigmas y apenas una certeza. Hace un año, Induráin ganaba con más, claridad y menos desgaste que en sus cuatro éxitos anteriores (por ello se involucró en la batalla por el récord de la hora y el Mundial de Colombia" porque estaba sobrado de fuerzas), Zülle y Jalabert ganaban opciones y Rominger prometía un año dedicado por entero al Tour. El mapa del Tour 95 sirvió de punto de referencia para el Tour 96. Pero ahora el caso es bien diferente.Puede que tuvieran razón quienes hicieron cábalas con el número seis. E...

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El Tour del 96 deja a los aficionados con muchas preguntas en el aire. Demasiados enigmas y apenas una certeza. Hace un año, Induráin ganaba con más, claridad y menos desgaste que en sus cuatro éxitos anteriores (por ello se involucró en la batalla por el récord de la hora y el Mundial de Colombia" porque estaba sobrado de fuerzas), Zülle y Jalabert ganaban opciones y Rominger prometía un año dedicado por entero al Tour. El mapa del Tour 95 sirvió de punto de referencia para el Tour 96. Pero ahora el caso es bien diferente.Puede que tuvieran razón quienes hicieron cábalas con el número seis. Este Tour estaba llamado a ser el sexto de Induráin, pero había quien apostaba por la maldición de los años acabados en seis, que vienen a propiciar un cambio de liderazgo. Walkoviak en 1956, Aimar en 1966, Van Impe en 1976 y LeMond en 1986 vivieron a significar el principio del fin de los reinados de Bobet, Anquetil, Merckx e Hinault. Esa cábala no deja de ser una ironía del destino, que se ha cumplido indefectiblemente en 1996, pero no sirve como argumento. ¿Es Riis un líder de transición? ¿Ha comenzado el declive de Induráin? ¿Cuánto tiempo habrá de pasar hasta que llegue el próximo grande?

Todas las interrogantes, las que conduzcan al mapa del Tour 97, pasan de momento por lo que haga Induráin. Y lo que haga el español es todavía un enigma. Nadie en su entorno quiere sacar conclusiones en caliente, no están sobre la mesa todos las respuestas a lo que ha sucedido en este Tour, esa imprevista pérdida de forma que le ha imposibilitado seguir siquiera la rueda de Riis. Cualquiera que lance un pronóstico a estas alturas, estará jugando a la lotería. Induráin ha vivido una experiencia nueva, se ha visto derrotado por el Tour, ha comprobado cómo todo el. trabajo de una temporada se le ha venido abajo en un par de semanas. Los más grandes también vivieron años en blanco antes de regresar a su última victoria, como si les quedara una bala más en la recámara. Volver en el 97 puede ser un nuevo aliciente, pero desde luego será un riesgo: a ciertos efectos ha dejado de ser imbatible para sus rivales, se habrá perdido el "miedo al personaje", frase acuñada con acierto en su día por Manolo Saiz. La gran decisión provocará el gran debate. No más tarde de este invierno llegará la solución.

La victoria de Riis entraba en muy pocos cálculos. Su actuación en las carreras previas al Tour había sido tan decepcionante que algunos directores le descartaban de salida. Luego se ha visto que todo fue, una especie de montaje, que Riis no hacía otra cosa que reservarse por entero para el Tour. En la carrera ha sido el más fuerte, pero no parece haber impresionado a nadie: es un hombre que ha alcanzado un cierto estado de gracia y ha sabido aprovechar su momento. Hombres así, de este cuño, han ganado el Tour. Es el caso de Walkowiak, de Aimar, de Pingeon, del propio Stephen Roche en 1987. De la gloria pasan a la decandencia en el transcurso de un año. Riis, por el mero hecho de que todo su palmarés se limita a lo que ha hecho en este mes de julio, nos obliga a abrir este enigma para el año que viene. Y detrás de Induráin y Riis vienen muchas más interrogantes. Rominger, desde luego, ha dejado claro que vendrá al Tour a trabajar para Olano, pero Olano no supo mantener su posición en un momento culminante. ¿Si el guipuzcoano se dedica al Tour como principal objetivo, será el hombre a tener en cuenta? ¿Y dónde queda Jalabert, el dueño de todas las portadas a finales de junio? ¿Puede realmente Jalabert con la responsabilidad de ganar el Tour? Es el caso de Zülle, es el caso del podio de los últimos años. El podio de París es una entelequia últimamente: Ullrich y Virenque no han sido los rivales de Riis. Como Riis y Zülle no lo fueron de Induráin hace una temporada. Pero Riis volvió como aspirante un año después y eso es lo que piensa la gente que hará Ulrich en 1997. Y hay quien todavía confía en Berzin, quien volverá a apostar por Jalabert, quien preguntará por Olano. Y, seguro, que muchos colocarán en el primer puesto a Induráin si Induráin dice sí al Tour en el invierno. La transición no habrá comenzado hasta que Induráin no, diga su última palabra.

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