VAYA SORPRESA

Los 17 años de matrimonio de una pareja británica han sido anulados por la Corte de Apelación después de que la esposa descubriera que su marido era en realidad una mujer. Susanne Coates, la abogada de la esposa, manifestó al tribunal la profunda decepción de su defendida. Ésta siempre creyó a pies juntillas en la masculinidad de su marido, pues nunca reparó en que su cónyuge utilizaba un pene articial. Por su parte, el abogado del presunto marido defendió a su cliente asegurando que éste tenía "la firme convicción de que, en el fondo, él era un hombre atrapado en un cuerpo de mu...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los 17 años de matrimonio de una pareja británica han sido anulados por la Corte de Apelación después de que la esposa descubriera que su marido era en realidad una mujer. Susanne Coates, la abogada de la esposa, manifestó al tribunal la profunda decepción de su defendida. Ésta siempre creyó a pies juntillas en la masculinidad de su marido, pues nunca reparó en que su cónyuge utilizaba un pene articial. Por su parte, el abogado del presunto marido defendió a su cliente asegurando que éste tenía "la firme convicción de que, en el fondo, él era un hombre atrapado en un cuerpo de mujer". El marido llevó el caso ante la Corte de Apelación después de que un tribunal le negara el derecho a su parte de los bienes familiares y a ver a sus hijos, argumentando que la unión estaba basada en el perjurio. Para proteger la intimidad de los hijos, concebidos por inseminación artificial, la identidad de la pareja no ha sido desvelada. A pesar de la decepción, el magistrado de la Corte de Apelación, Alan Hylton Ward, afirmó que el marido merecía apoyo y comprensión, y no la condena moral de la sociedad. El proceso de divorcio comenzó cuando la mujer, que sospechaba del comportamiento poco varonil de su compañero, contrató a un detective privado que consiguió el certificado de nacimiento del esposo.

Archivado En