TOUR 96

Para el Kelme, el llano es una guerra

La primera imagen en que un corredor del Kelme hizo de protagonista en este Tour no fue precisamente la esperada. Minutos antes de que Buenahora sufriera la maniobra del afilador roce de las ruedas por parte de un italiano del Refin en una estrecha recta, su director, Álvaro Pino, se felicitaba de que aún niguno de los suyos hubiera tenido ningún percance. De nada le sirvió la frase amuleto "toquemos madera". Al caerse, el ciclista colombiano puso la mano izquierda en el suelo: se rompió el pulgar y debió abandonar. Con él, casi el 50% del potencial de un equipo que más que venir al Tour pensa...

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La primera imagen en que un corredor del Kelme hizo de protagonista en este Tour no fue precisamente la esperada. Minutos antes de que Buenahora sufriera la maniobra del afilador roce de las ruedas por parte de un italiano del Refin en una estrecha recta, su director, Álvaro Pino, se felicitaba de que aún niguno de los suyos hubiera tenido ningún percance. De nada le sirvió la frase amuleto "toquemos madera". Al caerse, el ciclista colombiano puso la mano izquierda en el suelo: se rompió el pulgar y debió abandonar. Con él, casi el 50% del potencial de un equipo que más que venir al Tour pensaba en acudir a una guerra cuando conoció las seis primeras etapas llanas. Dispuestos para lo peor, en la primera batalla han tenido que inaugurar su parte de bajas,"Venga, que ya queda un día menos", se intenta animar a Pino. "Sí, pero si cada día perdemos a uno, dime tú a donde llegamos", responde el director gallego. Hernán Buenahora, El Cabrito, premio de la combatividad el Tour pasado, era una de las puntas de lanza del Kelme por su buena forma -terminó 10º en el Giro- y por su capacidad de desequilibrar en la montaña. Sin él, el líder del equipo, Fernando Escartín, se sentirá un poco huérfano. Recordará, en todo caso, las sensaciones del año pasado, cuando tuvo que hacer el Tour por su cuenta, a rueda de los grandes, para terminar séptimo. Porque, además, está la duda de Cubino, la tercera baza.

"Cómo estás, Lale?", el bejarano mira al cielo negro y contesta: "Nervioso". Cubino no se sintió bien el primer día de llano y perdió casi 10 minutos. Odia las carreteras del norte, odia el viento y odia la lluvia. Y es pesimista. Se le anima: "Venga, que dentro de cuatro días ya estamos en la montaña, en tu terreno". Pero el Curro Romero de los ciclistas no se deja engañar: "Cinco, no cuatro". No obstante, ya no tendrá que seguir restando días. Ayer, a falta de 40 kilómetros, decidió poner el punto y final a su paso por el Tour 96.

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