Serie negra

El ciclismo español reniega de su negra racha y clama porque la muerte de Mariano Rojas sea la última. En muy pocos años los accidentes de tráfico han acabado con los puntales de las nuevas generaciones que mayores expectativas tenían de situarse a la estela de Miguel Induráin. La muerte del madrileño Antonio Martín el 11 de febrero de 1994 abrió la serie negra. Martín tenía 23 años, la misma edad que Rojas, y los directores deportivos del equipo Banesto, al que pertenecía, tutelaban sus primeros pasos en el profesionalismo con fundadas esperanzas de que se convirtiese en un posible sucesor de...

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El ciclismo español reniega de su negra racha y clama porque la muerte de Mariano Rojas sea la última. En muy pocos años los accidentes de tráfico han acabado con los puntales de las nuevas generaciones que mayores expectativas tenían de situarse a la estela de Miguel Induráin. La muerte del madrileño Antonio Martín el 11 de febrero de 1994 abrió la serie negra. Martín tenía 23 años, la misma edad que Rojas, y los directores deportivos del equipo Banesto, al que pertenecía, tutelaban sus primeros pasos en el profesionalismo con fundadas esperanzas de que se convirtiese en un posible sucesor de Induráin. La muerte de Martín se produjo cuando se entrenaba junto a un amigo en una carretera cercana a su domicilio de Torrelaguna (Madrid) y fue golpeado por el espejo retrovisor de un camión.Mikel Zarrabeitia tuvo, dentro de la fatalidad, mejor suerte. El corredor vasco ha podido continuar su carrera después de una durísima rehabilitación. Zarrabeitia tenía 24 años cuando sólo unos meses después de haber quedado segundo en la Vuelta a España de 1994 sufrió un gravísimo accidente de tráfico al salirse de la calzada el Renault 19 en el que se dirigía a Ermúa (Vizcaya). El vehículo quedó totalmente destrozado y Zarrabeitia tuvo que superar la fractura de la clavícula, una fisura en el esternón y heridas diversas. De hecho, aquel accidente no hizo sino agravar la lesión que le había impedido tomar la salida del Tour de aquel mismo año, una hernia discal.

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Otro accidente de tráfico ya había acabado con la vida de uno de los mejores ciclistas españoles, Alberto Fernández, en diciembre de 1984, cuando tenía 29 años. Otro ciclista profesional pero de menos renombre, Vicente Mata, perdió la vida en 1987 cuando fue arrollado por un coche mientras se disputaba en Valencia el Trofeo Luis Puig en 1987.

La lista de deportistas fallecidos en accidentes de tráfico es muy extensa. Los últimos y más destacados son: el jugador de baloncesto Drazen Petrovic (8 de junio de 1993), el futbolista Rommel Fernández (6 de mayo de 1993), el atleta Miguel Ángel Gómez (6 de abril de 1993), la doble campeona mundial de gimnasia rítmica Oksana Costina (12 de febrero de 1993), el futbolista Juan Gómez Juanito (2 de abril de 1992), el jugador de baloncesto Fernando Martín (3 de diciembre de 1989), el futbolista Gaetano Scirea (3 de septiembre de 1989), el futbolista Laurie Cunningham (15 de julio de 1989) y el árbitro Guruceta Muro (25 de febrero de 1987).

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