TENIS: ROLAND GARROS

El tenis redime a Steffi Graf

Perseguida por el fisco de su país, con su padre en la cárcel y con su familia destrozada, a Steffl Graf sólo le queda el tenis. Es como su tabla de salvación, el hierro ardiente donde agarrarse para seguir reafirmando su personalidad, la única posibilidad que le queda para realizar su- propia catarsis.Es una de las tenistas que más títulos del Grand Slam ha ganado -19-, más, incluso que Martina Navratilova y Chris Evert, y es la que más dinero ha ganado con este deporte -se le calculan unos 15.000 millones de pesetas-. Sin embargo, los mejores años de su vida o ya han pasado o están aún por l...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Perseguida por el fisco de su país, con su padre en la cárcel y con su familia destrozada, a Steffl Graf sólo le queda el tenis. Es como su tabla de salvación, el hierro ardiente donde agarrarse para seguir reafirmando su personalidad, la única posibilidad que le queda para realizar su- propia catarsis.Es una de las tenistas que más títulos del Grand Slam ha ganado -19-, más, incluso que Martina Navratilova y Chris Evert, y es la que más dinero ha ganado con este deporte -se le calculan unos 15.000 millones de pesetas-. Sin embargo, los mejores años de su vida o ya han pasado o están aún por llegar. Ahora, su vida es un infierno. Por eso, cada título que consigue se convierte en el más importante.

"No me gusta realizar comparaciones entre los distintos años de mi carrera", confiesa la tenista. "Pero creo que el año pasado fue el mejor. Da lo mismo que en 1988 ganara el Grand Slam (los títulos de Australia, Roland Garros, Wimbledon y Estados Unidos) y la medalla de oro olímpica. No se pueden comparar. Los tres títulos de 1995 tuvieron un significado muy especial. Igual que el de este Roland Garros".

Por eso verla llorar agarrada a una copa se ha convertido en una imagen habitual. Desde 1990 vive una situación familiar complicada. Fue aquel año cuando salió a la luz pública la aventura de su padre con la modelo Nicole Meissner, que pretendía tener un hijo de Peter Graf, padre de Steffi. Las relaciones entre Peter y Heidi, su esposa, comenzaron a deteriorarse entonces, y acabaron hace un año con el abandono conyugal por parte de la madre. Michael Graf, hermano de Steffi, también optó por instalarse en Estados Unidos con su esposa y su hijo. Y sus amigos parecen haberla abandonado.

A esta situación ha llegado en gran parte como consecuencia de la persecución fiscal de la que es objeto. Según los medios de comunicación alemanes, el fisco le reclama a Graf 3.575 millones de pesetas, de los que 1.750 habrían sido ya pagados. Las especulaciones van más lejos. En Alemania se afirma que Graf podría quedar arruinada para hacer frente a su deuda fiscal y a los 3.250 millones que ya le está costando llevar adelante todo el proceso judicial.

"Mis deberes me han llevado a una depresión", confiesa la tenista. "Pero también de los momentos difíciles he aprendido mucho. He madurado y ahora soy capaz de asumir mis responsabilidades, aquellas que mi padre había asumido siempre por mí". En la central de Roland Garros, Steffi tuvo un recuerdo para su padre: "Vuelvo, a casa", le dijo. "Creo que se merecía una mención", confesó después. Peter Graf está encarcelado desde agosto de 1995. Y Steffi sólo ha podido verle una vez desde entonces.

Fuera del tenis, Steffi encuentra sólo el purgatorio. Competir, por tanto, se ha convertido para ella en lo más importante, en una especie de liberación. "Cada año me preguntan cuándo voy a dejarlo", afirma. "Pero partidos como el que jugué contra Arantxa me producen tal satisfacción, alegría y emoción que se me hace difícil abandonar todo eso. Por eso sigo aquí", concluye.

Archivado En