Villar anuncia reuniones con la Liga y la AFE para tratar el límite de extranjeros

El fútbol español tiene un problema a la vista: la fijación del cupo máximo de extranjeros -los comunitarios, por ley y la sentencia Bosman, ya no cuentan en ningún caso como foráneos- para la próxima temporada. La propuesta lanzada por la Federación hace algunas semanas -la reducción progresiva del número de extranjeros permitidos- ha perdido fuerza tras la decisión de la UEFA de abrir totalmente sus fronteras para sus competiciones -el tope viene marcado por el número de licencias (25), pero no por la nacionalidad de los jugadores-."Es un tema de urgente solución", afirmó ayer Ángel María Vi...

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El fútbol español tiene un problema a la vista: la fijación del cupo máximo de extranjeros -los comunitarios, por ley y la sentencia Bosman, ya no cuentan en ningún caso como foráneos- para la próxima temporada. La propuesta lanzada por la Federación hace algunas semanas -la reducción progresiva del número de extranjeros permitidos- ha perdido fuerza tras la decisión de la UEFA de abrir totalmente sus fronteras para sus competiciones -el tope viene marcado por el número de licencias (25), pero no por la nacionalidad de los jugadores-."Es un tema de urgente solución", afirmó ayer Ángel María Villar en su primer día como reelegido presidente de la Federación. Villar, que ayer se desplazó hasta Puente Viesgo, el lugar de concentración de la selección española, anunció reuniones inmediatas con la Liga de Fútbol Profesional y la Asociación de Futbolistas Españoles, que mantienen posturas claramente enfrentadas al respecto. "La solución es inmediata", aseguró.

Si, como parece, la Federación defiende la decisión de la UEFA de no fijar límite máximo de extranjeros, de la que el propio Villar fue partícipe, se acercaría a la voluntad de la Liga. Y se enfrentaría frontalmente con la de los jugadores, que no están dispuestos a aceptar otra cosa que no sea una reducción del número máximo de extranjeros permitidos. La AFE estaba dispuesta a aceptar la oferta federativa inicial (3 extranjeros en la temporada 1996-97, dos, en la 1997-98, y uno, en la 1998-99), pero, en ningún caso, la que se maneja ahora.

Los jugadores prefieren esperar a que Villar se pronuncie definitivamente a favor de la apertura total de fronteras antes de declararle la guerra. No se creen aún que Villar pueda dar un giro tan brusco, después de decir lo que dijo en contra de la sentencia Bosman. Palabras, que, por cierto, Villar repitió ayer: "La sentencia Bosman es caótica. Tiene efectos retrógrados que nos devuelve a los años 40 o 30, cuando aquí podían jugar los extranjeros que fueran". Los clubes tampoco parecen muy dispuestos a aceptar limitaciones sobre el número de extranjeros que poder utilizar. Y eso dejaron más o menos claro en su última asamblea. La AFE pretende plantear a las autoridades deportivas que se exija el permiso de trabajo a los trabajadores no comunitarios como forma para limitar su contratación, tras recabar ayer el ejemplo de los principales sindicatos europeos en ese sentido.

Villar, por otro lado, parece decidido a lidiar otra batalla con la Liga. Ayer reabrió públicamente con ella la vieja guerra de competencias. "Ha sido una equivocación dar determinadas competencias a la Liga. Sobre todo, las que afectan a cuestiones de competición. Ya lo dije hace, seis años y el tiempo me ha dado la razón. Por eso, vamos a intentar que se modifique la ley para que el fútbol funcione mejor y no se vuelvan a cometer errores como los que hemos padecido últimamente por culpa de lo antes reseñado".

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