Tribuna:

'Et voilá'

La mejor noticia de estos días es que ya no nos tenemos que preocupar acerca de qué es lo que nos preocupará, porque ya sabemos de qué nos tendremos que preocupar. Intentando hacer oídos sordos y mentalidad difusa a las dos grandes ideas que -de nuevo la bipolaridad, la teoría del enfrentamiento- golpean en los aledaños de nuestro cerebro -el pacto es bueno, el pacto es malo, perdemos todos, ganamos todos, etcétera-, y tratando de sobrevivir, de sobrevivirles, llego a una espléndida conclusión.Y es que yo, que creí que, en adelante, por fin iba a ser confinada a informar sobre la vida y milagr...

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La mejor noticia de estos días es que ya no nos tenemos que preocupar acerca de qué es lo que nos preocupará, porque ya sabemos de qué nos tendremos que preocupar. Intentando hacer oídos sordos y mentalidad difusa a las dos grandes ideas que -de nuevo la bipolaridad, la teoría del enfrentamiento- golpean en los aledaños de nuestro cerebro -el pacto es bueno, el pacto es malo, perdemos todos, ganamos todos, etcétera-, y tratando de sobrevivir, de sobrevivirles, llego a una espléndida conclusión.Y es que yo, que creí que, en adelante, por fin iba a ser confinada a informar sobre la vida y milagros de Carolina de Mónaco, me encuentro con que podré dedicar mi materia más grisácea al Warren Beatty del Partido Popular y, por ende -Michael Ende, La historia interminable-, del nuevo Gobierno, señor don Francisco Álvarez Cascos, dizque inminente ministro de la Presidencia. Quien, también dizque, coordinará los servicios secretos del Cesid, Interior, Defensa y Exteriores.

Inaugurar la nueva etapa que surgirá de la madre de todas las investiduras celebrando el casorio del futuro Fouché del nuevo régimen con una bella y joven señorita que, antes de caer rendida por las gracias -también dizque son muchas, y todas concentradas en el arte de amar, por llamarlo de una manera y citar a Ofidio (¿o era Ofiedo, Asturias?)-, fue prometida de un piloto militar, es grande ocasión para una veterana gacetillera que, prácticamente, lo ha visto todo.

Es decir, que en época de crisis moral y de faiblesse de espermatozoides, resulta reconfortante regresar a las esencias, de las que nunca debimos haber salido. Por cierto, ¿salimos? No usted y yo, lector, a tomar algo. Si salimos de algún sitio para llegar a alguna parte. Pregunto.

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