El Athletic da un paso mas hacia el abismo

Viola sentenció a falta de cuatro minutos para el final

Hay partidos que se ganan con mucha fe y pocos argumentos y otros que se pueden perder o dejar de ganar por falta de fe aun disponiendo de argumentos más que suficientes. El Valencia coqueteó con la segunda opción. Primero se adormeció durante 45 minutos, incapaz de sacarse la presión del Athletic, y luego resucitó a falta de cinco minutos para testificar su superioridad. Viola resarció la calidad futbolística.

Stepanovic había reclamado de su equipo la actitud exigible a una final. El Athletic malvive en el campeonato y acaricia los puestos de promoción con riesgo evidente. ...

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Hay partidos que se ganan con mucha fe y pocos argumentos y otros que se pueden perder o dejar de ganar por falta de fe aun disponiendo de argumentos más que suficientes. El Valencia coqueteó con la segunda opción. Primero se adormeció durante 45 minutos, incapaz de sacarse la presión del Athletic, y luego resucitó a falta de cinco minutos para testificar su superioridad. Viola resarció la calidad futbolística.

Stepanovic había reclamado de su equipo la actitud exigible a una final. El Athletic malvive en el campeonato y acaricia los puestos de promoción con riesgo evidente. Para colmo, llevaba seis semanas sin marcar un gol en San Mamés y 11 consecutivas sin ganar. Ayer dio un paso más hacia el abismo.

El Athletic se puso el buzo, el único ropaje que aún le queda en el armario. Su actitud fue ejemplar. Cada futbolista se echó a la chepa de su oponente y entre todos dibujaron un partido muscular que tuvo para los rojiblancos la virtud de ofuscar e inhibir al Valencia. Pero no aportó nada más.

El debate era gimnástico y el Valencia había salido con traje de gala para la ocasión. El desconcierto le impidió progresar. La apelación constante a Mijatovic era tan estética como informal. El montenegrino estaba muy lejos del área y demasiado alejado de sus compañeros como para inquietar a un rival que empezaba a creer en la empresa. Su balance fue paupérrimo en ese tiempo, impropio de su tarjeta de visita. Ni una sola vez disparó alrededor de los tres palos.

El Valencia entendió que la guerrilla no era su mejor argumento para ganar y Luis se decidió alterar la disposición de su tropa. Primero aparcó a Mendieta, demasiado timorato en su banda, y dio entrada a Eskurza. El público la tomó con el ex rojiblanco pero Eskurza cambió el círculo geométrico del campo. Desde su aparición, el Valencia ganó al menos 30 metros, acorraló al Athletic y de paso le agotó el abastecimiento por la banda izquierda. Eskurza no hizo grandes cosas individualmente, pero su aportación tácticamente resultó definitiva.

A partir de ahí, el Valencia se fue a por el partido tras la reanudación gracias a los metros ganados y. a la recuperación del balón. El triángulo Mijatovic-Viola-Fernando aceleró su producción ofensiva y la calidad del primero encontró la potencia del segundo y el saber estar del tercero.

El público se volvió a enfadar con Stepanovic. El técnico serbio, que tuvo a los suplentes calentando media hora, efectuó su tercer cambio en el minuto 90, cuando el Valencia se disponía a efectuar una falta. Retiró a un defensa y dio entrada a Alkiza. Debió ser una deferencia con Luis Aragonés que ya había agotado su cupo de cambios y no podía perder tiempo con esa estrategia. El público estalló y pobló de pañuelos el graderío. El técnico del Athletic es tan ininteligible como su equipo.

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