La moda vuelve la vista a los setenta

La Pasarela Cibeles muestra las tendencias para la próxima temporada de otoño-invierno

Vuelven los setenta, para muchos una de las épocas más gloriosas de la historia de la moda. Aquella que intentó acercar la alta costura a la calle. Prendas cercanas al cuerpo, de líneas ligeramente evasé, mangas tres cuartos y colores cálidos y fuertes, sin abandonar el negro, fueron las tendencias generales con las que los diseñadores presentaron ayer las colecciones del próximo otoño-invierno en la Pasarela Cibeles de Madrid."La pasarela y la calle se tienen que acercar", decía ayer el diseñador de Orense Roberto Verino, que presentó una colección basada en la ambigüedad, en la proxim...

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Vuelven los setenta, para muchos una de las épocas más gloriosas de la historia de la moda. Aquella que intentó acercar la alta costura a la calle. Prendas cercanas al cuerpo, de líneas ligeramente evasé, mangas tres cuartos y colores cálidos y fuertes, sin abandonar el negro, fueron las tendencias generales con las que los diseñadores presentaron ayer las colecciones del próximo otoño-invierno en la Pasarela Cibeles de Madrid."La pasarela y la calle se tienen que acercar", decía ayer el diseñador de Orense Roberto Verino, que presentó una colección basada en la ambigüedad, en la proximidad de sexos y en la valoración interior más que exterior. Verino ve en el revival de los sesenta y setenta un deseo de recordar tiempos que nos han hecho disfrutar. La italiana Antonia dell'Atte, más famosa en nuestro país por turbios asuntos familiares que por su trabajo como modelo, y la bailaora flamenca Manuela Vargas fueron los dos extremos que quiso mostrar Verino, en una colección en la que no faltó el vestuario masculino como énfasis de esa ambigüedad que pregona. Una ambigüedad refinada como la que lucieron los modelos fumando en largas boquillas. El equilibrio, casi una obsesión en Verino, entre la calle y el glamour de la pasarela -"intento que no se pierdan los nuevos valores, pero que se acerquen cada vez más a la gente"- lo lleva hasta sus últimas consecuencias, de modo que el 90% de la colección femenina que se vio ayer en la Pasarela Cibeles se comercializará el próximo otoño, no así la masculina, en la que el diseñador orensano está forjando una estructura para el futuro.Pantalones estrechos y acampanados en el último tramo de la pierna, faldas por encima de la rodilla y abrigos de colores fuertes y cortos fueron algunas de las propuestas de Verino, que finalizó el pase con un espectacular traje en tonos grises con cerca de 200 flores de la misma tela cosidas en toda la falda. Verino, en los tejidos, osciló entre la artesanía del doble faz a los vinculados a las nuevas tecnologías del nailon, en una visión que él mismo califica de "felina".Y si Roberto Verino tuvo en el negro, aunque con flashes luminosos, su color para la próxima temporada, Modesto Lomba ha huido por primera vez de él. En una colección muy "modigliana", el diseñador de Vitoria, que lució un lazo azul en el pecho, símbolo para la liberación de José María. Aldaya, se confesó aburrido del negro, un color que, en su opinión, se ha quedado en los ochenta. "Lo recuperaremos más adelante", advirtió sin embargo. Fundiendo colores como el rosa, el azul y el tierra, el diseñador de Devota y Lomba ofreció modelos de silueta muy femenina pegados al cuerpo. Fue el único de ayer, y lo lleva a mucha honra, que cerró con una novia sencilla y elegante, de esas que "se casan para siempre". "Nuestra novia no es principesca ni torturada por los volúmenes y las pedrerías", explicó Lomba ante su diseño.

En la misma línea, de tendencias evasé y largos por encima de la rodilla presentó Veva Medem su colección, centrada en los grises con toques de negro y amarillo. Las prendas entalladas y los cortes en la cintura estuvieron presentes en los modelos de esta joven diseñadora, a quien su avanzado émbarazo no le permite de momento lucir sus propios diseños.

Javier Larrainzar y Joaquim Verdú fueron los otros dos diseñadores que ayer estuvieron presentes en Madrid. Larrainzar tiene muy claro que los setenta se han instalado en la moda, con trajes trapecio ligeramente entallados que no llegan a ocultar la silueta femenina. Por no negar, Larrainzar no niega que, en contra de sus anteriores colecciones, se ha inclinado en ésta por los colores que él llama prensa, "aquellos que más gustan a la prensa". ¿Y cuáles son? "Blancos, negros, chocolates y camel". A éstos ha añadido Larrainzar su añorado punto de color. La propuesta del barcelonés Joaquim Verdú fue urbana y callejera, centrada en el punto y la que ofreció el colorido más otoñal: mucho gris, mucho negro, verdes hoja y tonos tierra. El look unisex invadió la colección masculina que presentó Verdú, que ni siquiera para la fiesta abandona el punto: largos trajes negros con chales, también en punto, de colores luminosos.

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