EL REY BOTILLO

¿Qué es algo exquisito, profundo, sensual, bárbaro y poético? Podría ser la definición de una noche irrepetible de pasión a orillas del Sena, pero la solución de la adivinanza es para su autor, el periodista Feliciano Fidalgo, ni más ni menos que el botillo, el rey de la cocina berciana por antonomasia que, gracias a "una pizca de pimentón, orégano, laurel y ajo que fornican todas las virtudes del gocho" se convierte en una comida "eterna, elevada hasta lo sublime". Fidalgo, leonés de Tremor de Abajo, premio Nacional de Gastronomía, fue en la noche del sábado pasado en Bembibre el mante...

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¿Qué es algo exquisito, profundo, sensual, bárbaro y poético? Podría ser la definición de una noche irrepetible de pasión a orillas del Sena, pero la solución de la adivinanza es para su autor, el periodista Feliciano Fidalgo, ni más ni menos que el botillo, el rey de la cocina berciana por antonomasia que, gracias a "una pizca de pimentón, orégano, laurel y ajo que fornican todas las virtudes del gocho" se convierte en una comida "eterna, elevada hasta lo sublime". Fidalgo, leonés de Tremor de Abajo, premio Nacional de Gastronomía, fue en la noche del sábado pasado en Bembibre el mantenedor de esta singular vianda en el 240 festival de su exaltación. Ante un nutrido grupo de seguidores y amantes del botillo lanzó un insulto a Platón, "aquel filósofo ateniense que despreció la cocina, es decir, el botillo, reduciéndolo a una costumbre desprovista de razón", parafreseó a Einstein y sentenció: "Lo más sublime del botillo es que sea sublime" y demostró que Quevedo, cuando dijo que "el amor a la patria siempre daña a la persona", se refería a la otra patria, no al botillo. En opinión de Fidalgo, el botillo es para los bercianos algo así como "los westems de Hollywood para los americanos". Fidalgo, que aseguró haber cocido más de mil botillos a lo largo de su vida, afirmó que a principios de los años, ochenta, en París, organizó el primer festival mundial de esta vianda, en su vivienda de la Rue Rousselet, en honor del cantante berciano Amancio, Prada. "Si alguien ha muerto por comer botillo, que levante el dedo", espetó-

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