La desidia

Se gastan más de 500 millones de pesetas en el equipo Ford y diríase que se despreocupan de cómo luce su inversión. Así parece cierta gente de Repsol. Por lo menos, así han actuado los responsables de la imagen de la empresa petrolera española. Y ni uno de ellos ha viajado al frío de Suecia para supervisar el estreno de la nueva gran aventura en la que están involucrados. Lo que sucede, en realidad, es que juegan sobre seguro. Han puesto su dinero sobre un auténtico número uno.. Disponían desde hace años de un tesoro que esta temporada les ha vuelto de rebote. En Toyota, Sainz no hubiera vesti...

Se gastan más de 500 millones de pesetas en el equipo Ford y diríase que se despreocupan de cómo luce su inversión. Así parece cierta gente de Repsol. Por lo menos, así han actuado los responsables de la imagen de la empresa petrolera española. Y ni uno de ellos ha viajado al frío de Suecia para supervisar el estreno de la nueva gran aventura en la que están involucrados. Lo que sucede, en realidad, es que juegan sobre seguro. Han puesto su dinero sobre un auténtico número uno.. Disponían desde hace años de un tesoro que esta temporada les ha vuelto de rebote. En Toyota, Sainz no hubiera vestido los colores naranja y azul de Repsol. Ahora, gracias a la operación Ford, pueden seguir haciendo anuncios en televisión con el campeón aconsejando aceites y gasolinas. Pero diríase que tienen cierta desidia desde siempre, cómo si no les inquietaran los detalles.

Se vuelve a apreciar en este Rally de Suecia: los mecánicos del equipo visten uniformes del año pasado, sólo decorados con un parche chapucero, las furgonetas de asistencia viajan pintadas de blanco, no de Repsol, y los coches de apoyo lucen adhesivos de Mobil, la compañía de la competencia que patrocinó a Ford en 1994.

Dirán, seguramente, que es por falta de tiempo para decorar y para confeccionar ropa nueva, pero el acuerdo entre la petrolera española, la escudería inglesa y Carlos Sainz se alcanzó en diciembre y el contrato se firmó el 1 de enero.