Carlos Sainz arranca la temporada con fuerza

Carlos Sainz sigue siendo Carlos Sainz. Algunos pensaron, tras perder el título el año pasado, que quizá empezaba su declive. No. El bicampeón no ha perdido nada de su categoría, de sus ganas, de su capacidad de sorprender, de su habilidad para ser rápido con cualquier vehículo y en cualquier terreno. En Suecia, sobre la nieve y al volante de un coche nuevo, casi desconocido para él, Sainz ofreció ayer una exhibición. Acabó su estreno con Ford en el Mundial 96 en la tercera posición, a 14 segundos del líder, el finlandés, Tommi Makinen (Mitsubishi).

Sainz fue de menos a más, pero las in...

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Carlos Sainz sigue siendo Carlos Sainz. Algunos pensaron, tras perder el título el año pasado, que quizá empezaba su declive. No. El bicampeón no ha perdido nada de su categoría, de sus ganas, de su capacidad de sorprender, de su habilidad para ser rápido con cualquier vehículo y en cualquier terreno. En Suecia, sobre la nieve y al volante de un coche nuevo, casi desconocido para él, Sainz ofreció ayer una exhibición. Acabó su estreno con Ford en el Mundial 96 en la tercera posición, a 14 segundos del líder, el finlandés, Tommi Makinen (Mitsubishi).

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Sainz fue de menos a más, pero las incógnitas se despejaron enseguida. Su asociación con Ford promete. Después del tanteo, de la adaptación, de las dudas, llegó- el veredicto de la carretera. Fue positivo. La actuación del piloto madrileño no dejó margen para el interrogante. Empezó con cautela, siguió entre sobresaltos y acabó despertando la preocupación de los rivales.Como siempre. Nada detiene a Sainz. Ni un coche nuevo, ni la nieve, ni la mayor de las competencias. Ayer, en su primer día de carreras con el Escort, en su segunda jornada sobre la nieve sueca -el año pasado sólo cubrió una etapa-, el bicampeón ofreció un recital. Todos vuelven a temerle, y esto sólo es el principio.

La progresión de Sainz en la primera etapa del Rally de Suecia tuvo mucho que ver con su acoplamiento al coche. Se pasó el día repitiendo: "Vamos bien, pero aún me estoy adaptando". Menos mal, porque sus resultados denotaron una plena competitividad.

Desde el comienzo de la prueba, Sainz se mezcló en la pelea por las posiciones de punta. Estuvo siempre cerca-del liderato, batallando con los nórdicos, que enseñaron al mundo su hegemonía sobre el piso blanco. Sólo el español de Ford fue capaz de romperla. Sin estridencias, sin arriesgar, no permitió que se despegaran los ídolos locales, como Kenneth Eriksson (Subaru), o Thomas Radstrom. (Toyota), o los vecinos finlandeses, como Tommi Makinen (Mitsubishi) o Juha Kankkunen (Toyota).

Sainz se permitió incluso distanciar a rivales cualificados, a los que debe batir en la lucha por el campeonato. El campeón, Colin McRae (Subaru), cedió terreno. También el francés Didier Auriol (Subaru). Y Sainz fue ascendiendo puestos aprovechándose de las debilidades de los rivales.

A McRae le fallaron los neumáticos, Radstrom se salió de la pista, Auriol no pudo seguir el ritmo. Y Sainz, paso a paso, se convirtió en amenaza, a pesar de que el dominio correspondió a Makinen.

Tuvo tiempo también Sainz para los temblores. Ni el Escort tiene la reputación de ser un coche muy fiable ni el equipo Ford pasa por ser la mejor del Mundial. Sainz lo sufrió en su carne. En el segundo tramo se le soltó un diferencial. Pero fue sólo un susto. Después, en el tercero, golpeó un banco de nieve y dañó los frenos. Otro apuro. Por suerte, todo fue barato, le costó poco tiempo. Y, poco a poco, su pilotaje se tornó más agresivo, hasta el final, cuando logró el mejor tiempo en el tramo más largo (44 kilómetros). Sainz acabó la jornada tercero, con el liderato a tiro. "Claro que estoy satisfecho", señaló.

Clasificación

1. Makinen (Mitsubishi), 1h 51m 06s. 2 Kankkunen (Toyota), a 06s. 3. Sainz (Ford), a 14s. 4. Vatanen (Ford), a 1m 15s. 5. McRae (Subaru), a 1m 35s.

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