LA GRANADA PEREGRINA

Toda una crónica general de los chalados de Granada y, por extensión, del mundo entero. Esa es la idea de fondo del libro Cabezas tocadas, del periodista de EL PAÍS Alejandro Víctor García, presentado ayer en Granada y en el que se recogen las vivencias, ocurrencias, vicisitudes y extravagancias de los personajes más peregrinos que ha conocido la ciudad. Una obra que ya fue censurada hace unas semanas en una librería granadina, que la consideraba irreverente. En el acto de presentación, abarrotado de público, no faltaron artistas e intelectuales como...

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Toda una crónica general de los chalados de Granada y, por extensión, del mundo entero. Esa es la idea de fondo del libro Cabezas tocadas, del periodista de EL PAÍS Alejandro Víctor García, presentado ayer en Granada y en el que se recogen las vivencias, ocurrencias, vicisitudes y extravagancias de los personajes más peregrinos que ha conocido la ciudad. Una obra que ya fue censurada hace unas semanas en una librería granadina, que la consideraba irreverente. En el acto de presentación, abarrotado de público, no faltaron artistas e intelectuales como Luis García Montero, Miguel Ríos, Jesús Conde, Juan Manuel Brazam, Francisco Martinmorales o Carlos Cano. Cabezas tocadas relata, siempre en primera persona, las biografías de personajes muy particulares de Granada. Según su autor, sin embargo, el libro tiene fuertes dosis de ficción. "Aunque su contenido se basa en individuos que a muchos nos resultan familiares", señaló García, "los rasgos son universales". La obra recoge la vida de 18 personajes cuyas manías trascendieron su época y quedaron en la leyenda de la ciudad, como la de Los Purísimos, dos hermanos tan tacaños que decidieron compartir una querida para ahorrarse el dinero de dos, de modo que uno la poseía los lunes, miércoles y viernes, y el otro el resto de la semana. Los domingos ella descansaba. 0 la historia de María Teresa, alias La Ratita, que repartió con generosidad entre las vírgenes y los pobres de la ciudad propiedades, joyas y títulos nobiliarios que no tenía, pero que pensaba que merecía.-

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