Sin anestesia local

A pesar de tener a su máximo mandatario, el doctor Beltrán, en el palco, el Mallorca no pudo anestesiar al Leganés. Viajó el doctor con sus jugadores porque olía. el triunfo. Pero se dejó el bisturí en Mallorca. Pensé el doctor que con una buena dosis de anestesia podría llevarse los tres puntos de Madrid. Falló el diagnóstico. El Leganés no salió esta vez miedoso, como lo hizo hace 15 días frente al Badajoz. Se olvidó el equipo pepinero ese complejo de inferioridad que le acongoja en algunos partidos y jugó alegre, impetuoso y, en ocasiones, desmelenado. Y luego estuvo Miguel Ángel, claro, qu...

A pesar de tener a su máximo mandatario, el doctor Beltrán, en el palco, el Mallorca no pudo anestesiar al Leganés. Viajó el doctor con sus jugadores porque olía. el triunfo. Pero se dejó el bisturí en Mallorca. Pensé el doctor que con una buena dosis de anestesia podría llevarse los tres puntos de Madrid. Falló el diagnóstico. El Leganés no salió esta vez miedoso, como lo hizo hace 15 días frente al Badajoz. Se olvidó el equipo pepinero ese complejo de inferioridad que le acongoja en algunos partidos y jugó alegre, impetuoso y, en ocasiones, desmelenado. Y luego estuvo Miguel Ángel, claro, que ayer tenía apetito y rebañó todo lo que pasó por su radio de acción. Sus tres goles mantiene al Lega en el cómodo sillón de la mitad de la tabla.Fue un día grande en Leganés. Estaban los chicos del Canal +, cargados de cámaras y artilugios, y todos se pusieron muy guapos para luego salir en Lo que el ojo no ve y La cámara superlenta. Pero el más elegante era Bartolomé Beltrán, que lució morenete, con impecable traje y engominado.. Es el nuevo mesías del Mallorca. El solete mañanero puso el lazo rosa a lo que fue una jornada de excelente fútbol.

Sobre todo por parte del Leganés, que realizó su mejor partido en mucho tiempo, propiciado en buena medida porque los jugadores del Mallorca, con la atemorizante presencia de su máximo mandatario en el palco, se presentaron con el objetivo de llevarse los tres puntos. Su principal arma fue el alemán Kientz, un tipo espigado que tiene la inspiración en su bota derecha. Al primer zarpazo de Miguel Ángel, Kientz respondió con un soberbio pase a Maqueda que supuso el empate. Pero el alemán, que comenzó en el centro del campo, acabó cobijado, inexplicablemente, en el lateral. Fue cuando apareció Alfredo, Javi López, Melga el oportunismo de Miguel Ángel. Beltrán se dejó en Leganés buena parte de su tostado rostro. Y el público madrileño, mientras, como unas castañuelas.