MOTOR

El mundo en sus manos

Los 'números uno' condicionan el mercado de pilotos para 1996

Primero fue Michael Schumacher. Después, Mick Doohan. Ahora falta Carlos Sainz. Es su turno, el de decidirse y permitir que encajen las demás piezas del rompecabezas en el Mundial de rallies. Los campeonatos de fórmula 1 y de motociclismo, en cambio, tienen prácticamente re suelto su dilema de cada final de temporada: ¿quién pilotará qué el año que viene? Resulta que cada curso el mercado. se remueve antes. Hoy todavía no está decidido el nombre del campeón del mundo de F-1 -aunque casi seguro que será Schumacher- y todos los pilotos y equipos importantes saben ya la configuración para 1996. Y...

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Primero fue Michael Schumacher. Después, Mick Doohan. Ahora falta Carlos Sainz. Es su turno, el de decidirse y permitir que encajen las demás piezas del rompecabezas en el Mundial de rallies. Los campeonatos de fórmula 1 y de motociclismo, en cambio, tienen prácticamente re suelto su dilema de cada final de temporada: ¿quién pilotará qué el año que viene? Resulta que cada curso el mercado. se remueve antes. Hoy todavía no está decidido el nombre del campeón del mundo de F-1 -aunque casi seguro que será Schumacher- y todos los pilotos y equipos importantes saben ya la configuración para 1996. Y es muy, diferente a la actual.

El Mundial de motociclismo también cerró sus puertas el pasado domingo en Montmeló con casi todo decidido. Desde que el jefe, Mick Doohan, anunció que se quedaba en Honda, los demás asientos se han ido ocupando progresivamente y quedan muy pocas dudas por resolver.

Y ahora todos los ojos se vuelven hacia Sainz y los rallies. Con el Mundlial al rojo vivo a falta de dos Cárreras -Cataluña y RAC-, con cuatro pilotos so ñando con el título, ya se dedica tanto tiempo al presente como al futuro. El piloto español tiene la llave, a pesar de no ser el campeón -ni siquiera es el que tiene más posibilidades este año-.

Pero es su carisma, su categoría, el aura de número uno, lo que le convierte en la piedra angular de los rallies, en el equivalente al Schumacher de la F-1 o al Doohan de las motos. Y son precisamente esas figuras las más buscadas, las que valen su peso en oro -3.000 millones por temporada para el alemán, 500 millones para el australiano, y una cifra cercana para, Sainz-

Ellos llevan público a las instalaciones, por ellos se pelean las marcas y a ellos pretenden a toda costa los patrocinadores. Son garantía de éxito deportivo y comercial. Deciden el mercado y el destino de sus colegas. El mundo está en sus manos. Por eso son números uno.

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