LA DEL 'PARTE'

La popular periodista María Escario, que presenta los telediarios de fin de semana de Televisión Española, junto con Fernando G. Delgado, reveló durante una conferencia en el Colegio Universitario de Segovia que, por la calle, alguna persona aún la llama "la del parte", palabra que se hizo famosa en referencia a los antiguos informativos y boletines radiofónicos oficiales de la época franquista. En su charla, María Escario contó anécdotas relacionadas con los malos ratos que hacen pasar los nervios, como cuando el rey Juan Carlos entró en el plató donde ella estaba realiza...

La popular periodista María Escario, que presenta los telediarios de fin de semana de Televisión Española, junto con Fernando G. Delgado, reveló durante una conferencia en el Colegio Universitario de Segovia que, por la calle, alguna persona aún la llama "la del parte", palabra que se hizo famosa en referencia a los antiguos informativos y boletines radiofónicos oficiales de la época franquista. En su charla, María Escario contó anécdotas relacionadas con los malos ratos que hacen pasar los nervios, como cuando el rey Juan Carlos entró en el plató donde ella estaba realizando una entrevista en directo a los primeros clasificados de una edición de la Copa del Rey de vela, en Palma de Mallorca, y se sentó a charlar con sus adversarios deportivos, pues no en vano él había quedado clasificado tercero. La espontaeidad de don Juan Carlos dejó un poco desolocada a la periodista, pues al ponerse de pie para recibir al Monarca se le cayó el micrófono y no sabía qué hacer primero, si agacharse a cogerlo o dar la mano al Monarca, aunque todo tuvo un final feliz, según relató. Por su parte, Pedro Meyer, director y presentador de España a las ocho, de Radio Nacional de España, que compartió tribuna con Escario, también entró en el campo de los recuerdos y contó que, en los primeros años de su profesión, durante la dictadura, estuvo tres meses suspendido de sueldo, pero no de empleo. Todo fue debido a que presentó en un programa a Patxi Andión, que entonces comenzaba a cantar, y alguna de sus letras no habían gustado a la esposa de un alto militar.-