Récords de ensueño

Gebreselassie y Kiptanui pulverizan las plusmarcas de 5.000 y 3.000 obstáculos

Un etíope de 22 años, Haile Gebreselassie, y un keniano de 23, Moses Kiptanui, establecieron ayer, en la reunión de Zúrich, sendas plusmarcas mundiales que dificilmente se podrán mejorar en este siglo, dada la magnitud de sus registros. Gebreselassie mejoró la de 5.000 metros en 10 segundos y 91 centésimas (12m.44,39s'), y Kiptanui, la de 3.000 metros obstáculos, en 2 segundos y 90 centésimas (7m.59,18s'). Ambos atletas recibieron seis millones de pesetas y un lingote de oro de un kilo por sus gestas.Los dos protagonistas de los récords se manifestaron, pese a su juventud, como dos grandes atl...

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Un etíope de 22 años, Haile Gebreselassie, y un keniano de 23, Moses Kiptanui, establecieron ayer, en la reunión de Zúrich, sendas plusmarcas mundiales que dificilmente se podrán mejorar en este siglo, dada la magnitud de sus registros. Gebreselassie mejoró la de 5.000 metros en 10 segundos y 91 centésimas (12m.44,39s'), y Kiptanui, la de 3.000 metros obstáculos, en 2 segundos y 90 centésimas (7m.59,18s'). Ambos atletas recibieron seis millones de pesetas y un lingote de oro de un kilo por sus gestas.Los dos protagonistas de los récords se manifestaron, pese a su juventud, como dos grandes atletas de todos los tiempos, porque Gebreselassie, ya dos veces campeón del mundo de 10.000 metros, recuperó el récord que hacía tan sólo unos meses le arrebató precisamente Kiptanui. Éste perdió el de 5.000 metros, pero rebajó aún más el que ya tenía de obstáculo, alejándolo de cualquier otro compatriota suyo que quisiera intentar la plusmarca.

Acaparan títulos, récords, dinero y coches Mercedes cada uno ganados en los mundiales, porque son los corredores africanos más profesionales del momento. A sus condiciones naturales, adquiridas a 3.000 metros de altitud, suman una capacidad de entrenamiento fuera de lo común y un preciso conocimiento del ritmo, que les permite dosificar el gasto de energías en cada vuelta para no desfondarse.

Fueron las estrellas de la reunión, pero hubo otras más que lamieron los récords. El argelino Morceli fue uno de ellos; se quedó a 80 centésimas del de la milla, porque acusó el desgaste de las tres carreras que ganó en los mundiales. Le faltó la frescura de la que adoleció también Michael Johnson en 400 metros y que le privó por 59 centésimas del récord que se le resiste.

Más lejos de la plusmárca compitió el cubano Iván Pedroso, cuyo salto de 8,60 metros, en el último intento le salvó de una derrota sorprendente ante Beckford, un jamaicano de 20 años que ya salta 8,44 metros,

El británico Christie resurgió con 10.03 segundos en los 100 metros ante el campeón mundial, el canadiense Bailey, cuyo título queda en entredicho después de su sexta derrota en la temporada. También fue la tercera del cubano Sotomayor, y otra vez ante Kemp (Bahamas) sobre una altura discreta, 2,30 metros.

En las pruebas femeninas hubo pocas campeonas que ratificaran sus títulos, y Ias dos atletas que en Gotemburgo 95 vencieron incluso con récords mundiales, ayer fueron contundentemente derrotadas: Jim Batten (Estados Unidos) en 400 vallas e Inessa Kravets (Ucrania) en triple salto.

Reyes Estévez, soberbio

Reyes Estévez, de 19 años, fue segundo en 1.500 metros con una marca de 3m.35,51s, que es récord de Europa junior y segunda mejor marca mundial de esta misma categoría, a 59 centésimas de la plusmarca. Le venció Seddiki (Marruecos) y entre los que ganó estaban dos campeones del mundo, el de aire libre en 1987, Bile (Somalia), y el de pista cubierta de 1989, Barbosa (Brasil).

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