Michael Johnson alcanzó su tercera medalla de oro

Ayer fue jornada para la recolección de medallas. Los relevos dan oportunidad de ello a los velocistas. Varios fueron quienes sacaron provecho. El que más, Michael Johnson, el atleta que tras pasar a la historia de los Mundiales de Gotemburgo95 por haber sido el primer hombre en ganar los 200 y los 400 metros, también lo hizo por ser el único que se lleva tres oros de Gotemburgó-95, al sumar el del relevo estadounidense 4 x 400.Tres veces subió también al podio la jamaicana Marlene Ottey (campeona en 200 y subcampeona en 100 y 4x100), que se convierte en la persona que más medallas ha consegui...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Ayer fue jornada para la recolección de medallas. Los relevos dan oportunidad de ello a los velocistas. Varios fueron quienes sacaron provecho. El que más, Michael Johnson, el atleta que tras pasar a la historia de los Mundiales de Gotemburgo95 por haber sido el primer hombre en ganar los 200 y los 400 metros, también lo hizo por ser el único que se lleva tres oros de Gotemburgó-95, al sumar el del relevo estadounidense 4 x 400.Tres veces subió también al podio la jamaicana Marlene Ottey (campeona en 200 y subcampeona en 100 y 4x100), que se convierte en la persona que más medallas ha conseguido en las cinco ediciones disputadas de la competición: 13, aunque sólo tres de oro.

El ucranio Serguéi Bubka, por su parte, amplió un récord de auténtica calidad, al prolongir un periodo más su imbatibilidad en los Mundiales. Es el único que atesora las cinco medallas de oro de una misma especialidad, en su caso el salto con pértiga.

Más información

Entre los atletas acaparadores de medallas también se en cuentra Gwen Torrance, pese a que resultó descalificada tras ganar los 200 metros. Sus victorias en los 100 y en el relevo 4x100 elevan a ocho sus subidas al podio en los Mundiales pero, como Ottey, no prevalece el oro en su colección.

Estos atletas fueron los grandes. protagonistas de una competición dominada por Es tados Unidos. El resto del mundo acusa los vaivenes del nuevo orden, que también afecta al deporte. Tres medallas de oro hubieran bastado a cualquier país para figuraren segundo lugar en el medallero y ni Rusia, China o Alemania, que las con siguieron sobradamente en anteriores ediciones fueron capaces de obtenerlas.

Rusia y Alemania compitieron a un nivel muchísimo más bajo que en ediciones anteriores, incluso cuando ya estos países presentaban el mismo mapa político que ahora y, por supuesto, cuando Rusia no era una sola república, sino una más de la URSS (nueve medallas de oro en 1991) y Alemania era la mitad de ahora con la RDA (diez oros en 1983), que contaba con los mejores laboratorios de preparación biológica del Mundo.

El desplome del atletismo chino en Gotemburgo-95 también ha resultado espectacular, una vez que la Federación Internacioñal de Atletismo intensificara los controles antidopaje sobre sus atletas.

Fracaso del Este

Igualmente los países de la Europa del Este ofrecen ahora un rendimiento más irregular, lo que deja abierta la opción de triunfo a otros equipos. Las victorias se reparten y de ello saca provecho el país con un atletismo de mayor nivel medio o alto. En Estados Unidos casi tanto rinde el mejor atleta del país que el décimo y apenas se resiente cuando se eclipasan sus figuras. Ha desaparecido Carl Lewis, pierden sus mejores velocistas -ninguna medalla en los 100 metros masculinos, por ejemplo-, pero sigue ganando parecido número de medallas que siempre, mientras el resto baja.En Gotemburgo-95 se ha registrado un incremento en el número de atletas de alto nivel de los países caribeños. Esto es debido a las corrientes de emigración, que les conduce hacia Estados Unidos, principalmente, donde se perfeccionan y profesionalizan.

Archivado En