La última victoria de Cacho a Morceli cumple dos años

El 8 de agosto de 1992, el argelino Nurredine Morceli perdió su última carrera de 1.500 metros. Fue séptimo en la final olímpica. Desde entonces, Fermín Cacho no le ha vuelto a vencer en ninguno de los ocho enfrentamientos que han celebrado. Hay un dato que hace aún más desigual el duelo: Morceli cada vez le gana por mayor diferencia.La primera revancha que se tomó Morceli por aquella derrota fue el 20 de junio de 1993, en los Juegos Mediterráneos (Narbona, Francia), y dejó a Cacho a veinte metros por detrás. El día 25 el mes pasado, en Montecarlo, quedaba a 45 metros.

Cacho sólo juega ...

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El 8 de agosto de 1992, el argelino Nurredine Morceli perdió su última carrera de 1.500 metros. Fue séptimo en la final olímpica. Desde entonces, Fermín Cacho no le ha vuelto a vencer en ninguno de los ocho enfrentamientos que han celebrado. Hay un dato que hace aún más desigual el duelo: Morceli cada vez le gana por mayor diferencia.La primera revancha que se tomó Morceli por aquella derrota fue el 20 de junio de 1993, en los Juegos Mediterráneos (Narbona, Francia), y dejó a Cacho a veinte metros por detrás. El día 25 el mes pasado, en Montecarlo, quedaba a 45 metros.

Cacho sólo juega con una carta, que no es mala. Siempre da lo mejor de sí mismo en los campeonatos. No sucedió sólo en los Juegos Olímpicos, sino en los Mundiales de Stuttgart-93, donde fue el único capaz de seguir la estela de Morceli cuando éste atacó, y en los Europeos de Helsinki-94, donde ganó sin problemas pese a que llegó sin una buena pretemporada.

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De momento, sus profecías se han cumplido: "A Gotemburgo muchos de los que me han ganado en los comienzos de temporada van a llegar pasados de forma". Ya han caído tres que, pese a figurar por encima de Cacho en la clasificación mundial del año, no estarán en la final. Cacho se ha preparado para alcanzar hoy su mejor momento. Sólo hay un inconceniente. En la semifinal sufrió una contractura y por eso quedó en evidencia ante rivales teóricamente inferiores. Prefirió que no trascendiera y alegó exceso de confianza. Los masajistas han luchado contrarreloj para recuperarle.

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