Entrevista:

"Los rivales se van con el presentimiento de que Induráin podía haber hecho más"

José Miguel Echávarri no ha dicho la última palabra sobre Induráin. Y eso quiere decir mucho. Quien acaba de ganar su sexto Tour como director deportivo (sólo Cyrile Guimard tiene siete Tours en sin haber) sigue siendo un hombre que evita hablar de sí mismo y que pone siempre por delante. de sus palabras. las gestas de sus corredores. Pero su relación con Induráin es singular: hay un punto en el que es muy difícil apreciar dónde está la mano de Echávarri y dónde empieza la de Induráin. Hay un punto en el que no es fácil diferenciar dónde Echávarri se adapta a Induráin o dónde Induráin lleva a ...

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José Miguel Echávarri no ha dicho la última palabra sobre Induráin. Y eso quiere decir mucho. Quien acaba de ganar su sexto Tour como director deportivo (sólo Cyrile Guimard tiene siete Tours en sin haber) sigue siendo un hombre que evita hablar de sí mismo y que pone siempre por delante. de sus palabras. las gestas de sus corredores. Pero su relación con Induráin es singular: hay un punto en el que es muy difícil apreciar dónde está la mano de Echávarri y dónde empieza la de Induráin. Hay un punto en el que no es fácil diferenciar dónde Echávarri se adapta a Induráin o dónde Induráin lleva a la práctica las ideas de Echávarri. Echávarri ocupa, desde hace ya algún tiempo, una posición de privilegio en el ciclismo mundial. Es una referencia que todos sus colegas tienen en cuenta. Ningún otro técnico español ha alcanzado esa posición en el deporte internacional. Sí hay una distinción que todo el mundo considera: Induráin habla en la carretera y Echávarri en la sala de prensa. Nunca descubrirá nadie una sola contradicción entre ambos. Pregunta. A usted se le ha visto emocionarse en este Tour casi como en ningún otro, pero da la sensación de que termina con un punto dé amargura,¿por qué?.

Respuesta. Cuando uno observa a este hombre en su salsa y su salsa es antes, durante y después de hacer su trabajo, te quedan pocas dudas. Hemos visto a un Miguel más seguro que nunca, más espléndido que nunca. Pero, por las preguntas que se hacen, creo que hay gente que busca algo más.

P. Suena a reproche. ¿Es que ha faltado algo por decir?

R. Se ha dicho tanto que es di ficil añadir un adjetivo. Pero a mí me gustaría que en este momento se parara el tiempo. Ya sé que no se para, ni para lo bueno ni para lo malo. Pero es que no ha hecho, más que terminar el Tour y ya vienen las preguntas sobre si correrá la Vuelta, si hará el Mundial, qué calendario va a tener. Pero no sé cómo después de lo que ha conseguido todavía parece que le quieren exigir más.

P. Pero el aficionado de la calle ha alcanzado su máxima satisfacción con esta victoria.

R. Esto es. Yo creo que el aficionado está satisfecho con los dos meses que nos ha regalado Miguel, porque no sólo ha sido julio, que es donde se ha desbordado. Y yo creo que a partir de hoy habría que dejarle tranquilo. No es que esté abonando el terreno para nada (la participación o no en la Vuelta). Yo creo que lo que la gente espera de, él ya lo lía cumplido. A mí me gustaría que ahora se perdiera, que se quedara tranquilo en su entorno.

P. Usted siempre dijo que Induráin, quizás porque nunca ha estado ante una situación muy complicada, aún no había agotado su capacidad de maniobra. Tal y como ha ido este Tour, su repertorio sigue siendo una incógnita.

R. En ningún momento ha tenido que recurrir a soluciones de alarma. Ha ido con naturalidad. Ha sufrido como todos. El viernes se despedía Sabino (el médico) y me decía: "Espero que no me llames a las tres de la madrugada en recuerdo de hace dos años, cuando apareció una fiebre alta antes de la última contrarreloj. ¿Qué quiere decir todo esto?: que la culpa no es de Miguel y es de Miguel. No es culpa de Miguel que sea el mejor y que se prepare mejor. Es culpa de Miguel que se prepare más, que no haga concesiones , que se dedique todo el año para un objetivo tremendamente exigente. Este año nos ha dado un recital nuevo.

P. Acaba con más reservas. Acaba más en forma.

R. Es cierto, y hay que buscar

una explicación en el ahorro de energías antes del Tour.Le hemos llevado por un camino diferente para que alcance las mismas condiciones aunque más entero. En lugar de una competición de tres semanas como era el Giro, hemos buscado tres competiciones de una semana, Vuelta a Asturias, Midi Libre y Dauphine Liberé, con descansos de por medio, buscando adversarios menos duros.

P. Sus rivales están un poco desorientados. Los hay que dicen que le ven más delgado, otros que le ven más gordo; unos, que ha perdido en contrarreloj pero ha ganado en montaña...

R. Yo creo que todos se van con el presentimiento de que podía haber hecho más. Me decía ayer Bombini (director del Gewiss): "Nos vamos con la sensación de que ha hecho lo justo". Y no saben que, desde que sale el recorrido en octubre, Miguel ya está preparando el Tour.

P. ¿El les dirige a ustedes, o ustedes le dirigen a él?

R. Él siempre toma la decisión final, aunque no sotros le prepara mos el terreno. A él le hubiéramos dicho al Giro y habría ido tranquilamente. Ahora bien, no le digas que vaya a no disputarlo, porque eso no lo acepta.

P. Sus rivales tienen preparado ahora un reproche: sólo Induráin puede dejarlo todo por el Tour, para él hay menos riesgos que para los demás.

R. Eso es un problema en parte de los patrocinadores, problema que nosotros, afortunadamente, no tenemos.

y es un problema del calendario, porque Merckx nos confesaba que acudía a la Milán San Remo, y la ganaba, con 500 kilómetros en sus piernas. Y Miguel no puede hacer eso, porque, ahora, a la Milán San Remo van muchos corredores con 15.000 kilómetros.

Miguel no se puede prodigar de la manera que lo han hecho los campeones de otras épocas. Miguel es el ciclista que mejor ha sabido entender el calendario. No se puede compaginar Copa del Mundo y Tour. Y eso, por ejemplo, es la gran tragedia que sufren muchos directores, que tienen que salir, atacar, actuar sin una idea fija, sin una programación.

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