Penúltima criba, los Pirineos

Los Pirineos empiezan a caer hoy sobre un pelotón que sólo los puede recibir con resignación. Otro giro de tuerca de un Tour que no ha conocido en esta semana más día de reposo que ayer. El paso de los Alpes a los Pirineos se ha dibujado este año evitando la llanura amada de los sprinters, los días de reposo para los fuertes. Han sido días enrevesados que han profundizado sin piedad en las escasas reservas de los corredores. Si ya tradicionalmente la última semana del Tour ha sido más de asentamiento de los territorios conquistados que de nuevas capturas, este año los puertos del macizo...

Los Pirineos empiezan a caer hoy sobre un pelotón que sólo los puede recibir con resignación. Otro giro de tuerca de un Tour que no ha conocido en esta semana más día de reposo que ayer. El paso de los Alpes a los Pirineos se ha dibujado este año evitando la llanura amada de los sprinters, los días de reposo para los fuertes. Han sido días enrevesados que han profundizado sin piedad en las escasas reservas de los corredores. Si ya tradicionalmente la última semana del Tour ha sido más de asentamiento de los territorios conquistados que de nuevas capturas, este año los puertos del macizo que separa España de Francia se presentan más que nunca bajo el lema de 'que me quede como estoy'. Aunque sea bajo cero.A diferencia de los Alpes, en los que se entró de sopetón, los Pirineos sí que tienen aperitivo. Hoy, los 164 kilómetros que separan Saint Orens del alto de Guzet Neige se resumen en este último puerto, de primera categoría a pesar de sus sólo 6,9 kilómetros con una pendiente media del 6,9%. La selección se debería hacer en un puerto de segunda situado a 35 kilómetros de la meta. El martes, el plato fuerte: 20611lómetros con final en Cauterets. Todos los gigantes pirenaicos se visitan, excepto el Aubisque, que se deja para el postre del miércoles.