Echávarri: "El Tour es el único rival de lnduráin"

Llovía a mares, el granizo golpeaba con fuerza, la carretera empezaba a parecerse a un torrente, y allí, pocos metros detrás de la meta de La Plagne, de pie, en manga corta, José Miguel Echávarri calándose. Hacía más de un cuarto de hora que Zülle había cruzado la meta. "Ahora podrá entenderse lo que pasó el domingo", sentenció."Todos los que se emplearon a fondo, ¿dónde están ahora? ¿dónde está Berzin, dónde Rominger, dónde Riis, el que tanto asustaba?", se pregunta Echávarri. "Ya ha llegado el momento de preguntarse ¿quién es el rival de Miguel? Y quizás de responder: el Tour es su único riv...

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Llovía a mares, el granizo golpeaba con fuerza, la carretera empezaba a parecerse a un torrente, y allí, pocos metros detrás de la meta de La Plagne, de pie, en manga corta, José Miguel Echávarri calándose. Hacía más de un cuarto de hora que Zülle había cruzado la meta. "Ahora podrá entenderse lo que pasó el domingo", sentenció."Todos los que se emplearon a fondo, ¿dónde están ahora? ¿dónde está Berzin, dónde Rominger, dónde Riis, el que tanto asustaba?", se pregunta Echávarri. "Ya ha llegado el momento de preguntarse ¿quién es el rival de Miguel? Y quizás de responder: el Tour es su único rival".

"En la contrarreloj", siguió, "salió con un 54 x 12, un desarrollo flojo para él, uno que no le permitió exprimirse. 'Es que apenas he hecho esfuerzo, mucho tiempo he pedaleado casi en vacío', me dijo Miguel", explica el director del Banesto. "Así ha llegado entero a la montaña".

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"Hemos salido en la etapa a ver cómo iba la gente, a ver cómo se movían, si alguno coincidía en sus intereses con nosotros. Pero no, todavía era muy pronto y la gente tenía esperanzas. Así que hemos maniobrado solos", subraya Echávarri. Lo que ha hecho Induráin en La Plagne, otro lugar que, asociado a la fecha del 12 de julio de 1995, pasará a la mitología particular del Tour, son muchas cosas. "Ha sabido llevar al equipo perfectamente, sin poner nerviosos a sus compañeros en ningún momento. Y cada uno le ha respondido en la medida de sus fuerzas. Todos han dado el máximo", señala. No sólo todos han dado el máximo, es que Miguel ha logrado que cada uno lo diera".

Agradecimiento

¿Y lo que hizo después? ¿Cómo explicarlo? "No hay palabras", dice Echávarri. "Las únicas que pueden emplearse son de agradecimiento por lo que ha hecho. Todos debemos estarle agradecidos".

Cerca de ahí, bajo un paraguas, Sandro Quintarelli, el director de Chiappucci y Pantani, acaba de pronosticar. "Visto lo de estos tres últimos días, el segundo en el podio de París acabará a 20 minutos de Induráin. No estoy loco, lo repito, a 20 minutos", dice claramente el sabio Quintarelli. "Induráin está más fuerte que nunca". Entonces, cuando se le cuenta eso, parece que Echávarri vuelve a su habitual moderación. "Sí", dice serio. "Ya me lo había comentado Quintarelli". Pero no, no se modera. "Ésto ha sido el primer acto de la obra de teatro de los Alpes, que tiene dos. Ya veremos en el Alpe d'Huez". El espectáculo no ha terminado.

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