El Barça iguala la final en Málaga

El Unicaja se descompuso, y el título se jugará el domingo en el Palau Blaugrana

Habrá quinto partido. Unicaja no pudo ver cumplido anoche su sueño de proclamarse campeón de Liga y meterse en un cuadro de honor al que hasta ahora sólo pertenecen el Real Madrid, el Joventut y el Barcelona, su rival en esta serie que no parece dispuesto a que surjan héroes a su costa. Aún tendrá una oportunidad el domingo en el Palau Blaugrana, aunque la hazaña se antoja ahora harto difícil después de desperdiciar la ventaja en la eliminatoria y la de jugar en su propia cancha.El triunfo ayer hubiera sido sin duda más bonito. La ciudad estaba preparada para un estallido. Además de los...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Habrá quinto partido. Unicaja no pudo ver cumplido anoche su sueño de proclamarse campeón de Liga y meterse en un cuadro de honor al que hasta ahora sólo pertenecen el Real Madrid, el Joventut y el Barcelona, su rival en esta serie que no parece dispuesto a que surjan héroes a su costa. Aún tendrá una oportunidad el domingo en el Palau Blaugrana, aunque la hazaña se antoja ahora harto difícil después de desperdiciar la ventaja en la eliminatoria y la de jugar en su propia cancha.El triunfo ayer hubiera sido sin duda más bonito. La ciudad estaba preparada para un estallido. Además de los 5.000 espectadores que presenciaron el partido en el pabellón de Ciudad Jardín, 10.000 lo siguieron en la plaza de toros y otros 2.000 en el pabellón de Carranque en sendas pantallas gigantes de televisión.

Más información

El Barcelona estaba contra las cuerdas. Su entrenador, Aíto García Reneses, además de calentar el ambiente con unas declaraciones previas contra

el arbitraje y el público malagueño, era consciente de que ante el juego de los malagueños

concentrado como en ocasiones anteriores. La fortaleza de la defensa barcelonista no le permitía además encontrar posiciones cómodas ni para el tiro exterior ni para las penetraciones a canasta. Todo el potencial se reducía a la fortaleza del norteamericano Ansley, pero era demasiada concesión a un duro rival.En una segunda mitad plagada de nervios, el Barcelona volvió a irse de 10 puntos en el marcador a falta de sólo cinco minutos. Unicaja intentó la proeza, pero la ventaja era demasiado grande. La fase de desconcentración ante la fortaleza del equipo de Aíto duró demasiado y coincidió con el repentino cansancio que atacó a Ansley.

Sin embargo, hubo esperanza para el milagro. Los fallos en los tiros libres de Díez y Crowder permitieron a Unicaja ir minando la diferencia hasta colocarse a tres puntos en el último segundo, después de que Ansley tomara la responsabilidad y se jugara un triple a falta de seis segundos. Ansley tuvo en sus manos una segunda oportunidad para jugársela, pero también vana: intentar fallar un segundo tiro libre y que alguien anotara en el rebote, pero falló el primero de los lanzamientos y el marcador se quedó al final en 78-80.

El Barcelona vuelve así a recuperar la ventaja de campo y vuelve a poner al historia a su favor: siempre el vencedor de la fase regular ha sido al final el campeón de Liga. Aunque el Unicaja también tiene un lado de la estadística al que agarrarse: ningún equipo ha superado nunca una desventaja de 2-1.

Archivado En