FÚTBOL FINAL DE LA RECOPA EN PARÍS

El destino se alía con Cedrún

El destino parece haberse aliado con Andoni Cedrún para ofrecerle al guardameta vizcaíno el mejor homenaje que puede recibir un futbolista en su carrera: un título continental. Cedrún se ha convertido en protagonista de la plantilla por doble motivo: la lesión de Juanmi, que le permitira recuperar la titularidad, y una frase pronunciada el mes de abril del pasado año ante más de cien mil aficionados durante los festejos por el título de Copa, cuando se dirigió a la concurrencia y gritó: "El próximo año, la Recopa".Andoni vive desde el pasado sábado, cuando se lesionó Juanmi, en medio de una nu...

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El destino parece haberse aliado con Andoni Cedrún para ofrecerle al guardameta vizcaíno el mejor homenaje que puede recibir un futbolista en su carrera: un título continental. Cedrún se ha convertido en protagonista de la plantilla por doble motivo: la lesión de Juanmi, que le permitira recuperar la titularidad, y una frase pronunciada el mes de abril del pasado año ante más de cien mil aficionados durante los festejos por el título de Copa, cuando se dirigió a la concurrencia y gritó: "El próximo año, la Recopa".Andoni vive desde el pasado sábado, cuando se lesionó Juanmi, en medio de una nube. A punto de cumplir 35 años, con 11 temporadas en el Zaragoza, a las que hay que añadir su paso por el Cádiz y Athletic no ha sentido nunca tanta tensión ni deseos de triunfo.

Y es que Cedrún ha sido prisionero de sus frases. Corría el año 1987 cuando el Zaragoza fue eliminado en las semifinales de la Recopa por el Ajax. Cedrún, amigo de los retos, afirmó que no dejaría el fútbol mientras no jugara una final de esa competición. Esta noche tiene la oportunidad de saldar todas sus deudas, la que contrajo hace ocho años consigo mismo, y la del anterior con la afición.Su carrera ha estado repleta de espinas, pero su carácter le ha ayudado a soportar casi todo. Incomprendido en el Athletic de Javier Clemente, tuvo que marcharse a Cádiz para demostrar que poseía muchos más méritos que el ser simplemente hijo del mítico Carmelo.

Y de Andalucía a Zaragoza. Se ganó pronto la titularidad y vivió años de gloria, hasta que el fichaje de Chilavert provocó el trago más amargo de su carrera. El vestuario, del Zaragoza era dinamita. El argentino Chilavert y el hoy sevillista Juanito, controlaban un sector de la plantilla. Señor, Cedrún y Juliá, entre otros, pretendían evitar el ambiente que se había creado. Antic, el entonces técnico, apostó por los primeros. Cedrún se fue al banquillo; la desgracia se unió a Señor y una lesión cardiaca le obligó a dejar el fútbol.

Andoni, marginado y con sus mejores amigos fuera de la plantilla, no dijo esta boca es mía. Soportó todo tipo de críticas y calumnias.

Es, con Miguel Pardeza, el jugador más veterano de la plantilla y los dos únicos supervivientes del equipo que ganó la Copa del Rey en 1986, gracias a un gol de Rubén Sosa. Juntos han ganado ya dos títulos: dos copas del Rey. El título de hoy sería para Cedrún algo distinto: "El complemento de todo lo que he vivido en el fútbol".

Profundamente religioso, sus declaraciones parecen más las de un hombre que afronta una desgracia que las de un triunfador. Si ganara esta noche la Recopa hará dos cosas: llevarle la Copa a la Virgen, del Pilar y, como buen vasco, dedicarle el triunfo a su madre, su mujer y su hija. El destino se ha portado bien esta vez con Cedrún y estará hoy bajo los palos del Parque de los Príncipes, en una temporada en la que Juanmi le ha relegado a un segundo plano.

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