FÚTBOL PRIMERA DIVISIÓN

Otro Raul que rompe defensas

El Valencia derrota al Betis con dificultades en Mestalla

El Valencia tuvo que superar un partido de nervios para alcanzar la tranquilidad que deseaba para el resto del campeonato. Parreira podrá centrarse ya en competiciones más estimulantes para su. equipo. El Betis, que decepcionó en un principio con una salida muy conservadora, reaccionó quizá demasiado tarde en un partido de alternativas constantes. El conjunto andaluz dejó patente en Mestalla que a su sobriedad defensiva le acompañaba una notable capacidad atacante. Un final excitante decidió un choque en el que ambos equipos merecieron el triunfo. Tan sólo la mayor decisión del Valencia lo dec...

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El Valencia tuvo que superar un partido de nervios para alcanzar la tranquilidad que deseaba para el resto del campeonato. Parreira podrá centrarse ya en competiciones más estimulantes para su. equipo. El Betis, que decepcionó en un principio con una salida muy conservadora, reaccionó quizá demasiado tarde en un partido de alternativas constantes. El conjunto andaluz dejó patente en Mestalla que a su sobriedad defensiva le acompañaba una notable capacidad atacante. Un final excitante decidió un choque en el que ambos equipos merecieron el triunfo. Tan sólo la mayor decisión del Valencia lo decantó de su lado.El Valencia se agarró a la velocidad del canterano Raúl para resquebrajar la solidez defensiva del Betis. Le bastaron 10 minutos y un pase largo de Roberto para encontrar las llaves de la defensa bética. Gran parte de Mestalla asistía estupefacta al descubrimiento. ¿Quién es este chico?. Raúl es un extremo de 22 años, pequeño, zurdo nato. Una corriente eléctrica, la clase de futbolista que inyecta oxígeno puro a un equipo sobrado de años y aburguesamiento. El caramelo con el que se topó en el minuto 9, en su debú en Mestalla: recibió en profundidad de Roberto, encaré a Roberto Ríos (alto y fuerte) y le hizo un nudo antes de rematar seco y ajustado. Parreira tenía el choque donde quería: roto en los primeros instantes. El Betis debía entonces cambiar su guión, salir del cajón en el que había pensado esconderse durante todo el partido. Pero no lo hizo: quedaban muchos minutos. El primero en abandonar la cueva fue el central Vidalcovic, con un estilo majestuoso. Más tarde apareció Cuéllar y después Kowalczyk con un disparo lejano. El último tramo de la primera parte fue abierto, excitante. Fue el momento de transición de poderes: el Valencia, abandonaba su control y lo cedía al Betis, o el Betis se lo apropiaba con autoridad. Porque el conjunto andaluz crecía inexorablemente.

El descanso fue el toque de corneta de Serra Ferrer a sus jugadores: ataque total y éstos lo aplicaron a rajatabla bajo la dirección de Vidakovic, adelantado por el técnico para que en cabezara la ofensiva. El Valencia, achicaba el agua como podía con un Giner portentoso que mantenía a raya la fogosidad de Cuéllar y Kowalczyk. Como medida de emergencia, la imaginación de Parreira le llevaba a sustituir a Juan Carlos por Mendieta, un lateral por otro. El centro del campo era andaluz, allí donde Roberto y Stosic se pegaban cabezazos ante la displicencia del árbitro en una pugna por imponer el principio de autoridad en ese terreno.A medida que transcurría el choque, sin embargo, el Betis lariguidecía y Serra Ferrer buscó la regenaración con dos de sus hombres más creativos, hasta esos instantes en el banquillo: Sabas y Márquez. Y lo hubieran conseguido de no ser por la fuerza de Poyatos (que convirtió un gol de gran coraje) y a la seguridad de Zubizarreta, que desbarató los disparos béticos. Sabas provocó en estos últimos minutos, un penalti que transformó Vidakovic y Mestalla se encogió de miedo. El Betis atacó al final pero se topó con su misma medicina: la seriedad que ha mostrado en los últimos encuentros el Valencia, cimentada sobre la sobriedad de Zubizarreta y el buen momento de Camarasa y Giner.

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