29º JORNADA DE LIGA

El Rayo se deshace del Real Madrid sin despeinarse

Al Rayo le resultó sencillo maltratar al Madrid B. Le bastó con enseñar cuatro detalles para afianzar aún más su candidatura al ascenso. Enseñó, por ejemplo, una enorme defensa, con Cota ejerciendo de Cota, o lo que es lo mismo, de uno de los mejores zagueros de la categoría; enseñó también a Visnjic, arriba y abajo, corriendo más y mejor que nadie. Lo demás quedaba para Onésimo, cuyos regates causan pavor en ciertos defensas incluso antes de que se produzcan.Es una historia que se repite hasta la saciedad. Onésimo controla el balón y se para. Su marcador aguarda, expectante, temeroso. Se pued...

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Al Rayo le resultó sencillo maltratar al Madrid B. Le bastó con enseñar cuatro detalles para afianzar aún más su candidatura al ascenso. Enseñó, por ejemplo, una enorme defensa, con Cota ejerciendo de Cota, o lo que es lo mismo, de uno de los mejores zagueros de la categoría; enseñó también a Visnjic, arriba y abajo, corriendo más y mejor que nadie. Lo demás quedaba para Onésimo, cuyos regates causan pavor en ciertos defensas incluso antes de que se produzcan.Es una historia que se repite hasta la saciedad. Onésimo controla el balón y se para. Su marcador aguarda, expectante, temeroso. Se puede ir por dentro o por fuera. Se puede ir, sí. Se va. En el pensamiento del defensor queda un poso de amargura, cercano a la impotencia. Ayer, Onésimo desquició a más de uno. Por ejemplo a Jaime, que se cruzó con él una vez y acabó en el vestuario, tras resolver el conflicto insultando al linier.

Pero el que deshizo todas las dudas fue Baroja, autor de un golazo de efectos devastadores. Lanzó una falta desde 35 metros y la clavó en la escuadra. Era el 0-2, un resultado que apestaba a definitivo. En ese momento se oyó crujir al cuadro merengue.

El Madrid B volvió a las andadas y puso en práctica su inigualable, y por desgracia resucitado, muestrario de impotencia. Sólo Dani aparece de vez en cuando con la heroica tarea de salvar 16 insalvable. Ayer, evidentemente, no lo consiguió.

Tampoco ayudó el propio Benítez, que se sacó de la manga un cambio que sólo admite un calificativo: el de inútil. Se lesionó Jovicevic y el técnico colocó en su lugar a Moreno, un jugador que puede hacer de muchas cosas pero nunca de media punta. Es algo así como poner a Chendo en el sitio de Laudrup.

El desenlace fue el único posible. El Rayo se puso, enseguida serio. Y cuando el Rayo se pone serio demuestra un oficio que está a años luz del de muchos de sus rivales. Por ejemplo, del Madrid B. Demostrado está que a los de Vallecas les resulta tremendamente sencillo matar moscas a cañonazos. Y cuanto más pequeña sea la mosca, mejor.

Otros resultados: Villareal, 3; Lleida, 0. Extremadura, 1; Barcelon a B, 1. Eibar, 1; Palamós, 1.

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