Koeman: "Stoichkov no tiene futuro en el Barça"

París sazonó la herida abierta en el Barcelona por los arañazos que presiden las relaciones entre las familias azulgrana. Está, de un lado, la plantilla, que ha cargado durante el curso con el menosprecio -y luego con el elogio interesado- del entrenador, con el despecho de la directiva y ahora con los ataques de un compañero. Hastiados de unos y otros, los jugadores han acabado por plantear públicamente una petición: hay que separar del grupo a Hristo Stoichkov y rearmarse. "Stoichkov" ha dicho Ronald Koeman, "ya no tiene futuro en este equilpo".

El búlgaro pelea por su cuenta y riesgo...

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París sazonó la herida abierta en el Barcelona por los arañazos que presiden las relaciones entre las familias azulgrana. Está, de un lado, la plantilla, que ha cargado durante el curso con el menosprecio -y luego con el elogio interesado- del entrenador, con el despecho de la directiva y ahora con los ataques de un compañero. Hastiados de unos y otros, los jugadores han acabado por plantear públicamente una petición: hay que separar del grupo a Hristo Stoichkov y rearmarse. "Stoichkov" ha dicho Ronald Koeman, "ya no tiene futuro en este equilpo".

El búlgaro pelea por su cuenta y riesgo en medio del ring. Fustigado por el entrenador y dolido porque el plantel no le defiende le echa un pulso a Johan Cruyff, por creer que el mister está tocado. Stoichkov recoge el sentir del entorno que reniega contra el entrenador por practicar el nepotismo, y no hay nada que más le duela al técnico que se le pregunte por su hijo y por su yerno en lugar de por Jordi o Angoy. "Cruyff metió a su gente en el equipo", ha contado el delantero a la prensa de su país, "para que así sus familiares pudieran cobrar las primas y esto enrareció el ambiente en el vestuario".Cruyff lleva tiempo sintiéndose cuestionado como jefe de personal por la renovación emprendida en Atenas. La derrota de París reabrió, además, un frente olvidado, el de Cruyff como estratega. El holandés siempre se ha peleado con la pizarra. El técnico que se sentó n el banquillo del Parque de los Príncipes fue el mismo que el de Wembley o el de Rotterdam. No acierta cuando tiene que corregir los partidos dificultosos. Frente al París Saint Germain emborronó un partido que había pintado a la perfección. Los cambios acabaron sepultando al Barça.

"No sé que le pasó por la cabeza, pero después del 0-1 no le dio tiempo al equipo la posibilidad de continuar jugando igual", relata un componente del vestuario. "Tocó la alineación, quitó a Txiki sin saber si estaba más cansado que Eusebio, que llevaba medio año sin jugar, a Hagi... Es ahí donde se reflejaron los nervios". Los propios jugadores fueron críticos con el entrenador. Stoichkov miró de mala manera al banquillo y masculló palabras malsonantes cuando le llamaron para corregir su posición. Koeman preguntó por qué Abelardo tenía que ir a rematar un córner cuando el partido y la eliminatoria estaba igualada. Y el propio central asturiano se mostró aturdido al verse ubicado como ariete. "Cruyff mandó a Abelardo hacia adelante", admite Koeman, "pese a que aún había tiempo para ganar o llegar a la prórroga".

Cruyff ya no consigue ahora desmarcarse de las derrotas. El presidente Josep Lluís Núñez ha logrado que dejen de mirarle sólo al palco cuando el equipo pierde. La directiva afronta el futuro en silencio y con recelo. El propio Núñez afirma, a través de Efe, que la junta no intercederá en el conflicto entre Cruyff, Stoichkov y la plantilla.

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