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El Logroñés hace un guiño al Sporting

MARIO DÍAZ. El Logroñés le hizo ayer un guiño al Sporting para que le acompañe en su imparable camino hacia Segunda División. Se encontró con dos goles y después los defendió como lo que parece, un condenado. El Sporting ni siquiera pudo rentabilizar la inercia del cambio de entrenador. Es un equipo atascado por las penurias propias y frenado por un campo que ayer le jugó una mala pasada hasta a su estandarte, Ablanedo. El gol final de Pablo consiguió lo que parecía una quimera: que el punto se valorase como si fuese oro.

Después de recibir un baño de, confianza exterior, los gijoneses ...

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MARIO DÍAZ. El Logroñés le hizo ayer un guiño al Sporting para que le acompañe en su imparable camino hacia Segunda División. Se encontró con dos goles y después los defendió como lo que parece, un condenado. El Sporting ni siquiera pudo rentabilizar la inercia del cambio de entrenador. Es un equipo atascado por las penurias propias y frenado por un campo que ayer le jugó una mala pasada hasta a su estandarte, Ablanedo. El gol final de Pablo consiguió lo que parecía una quimera: que el punto se valorase como si fuese oro.

Después de recibir un baño de, confianza exterior, los gijoneses intentaron recobrar la autoestima con una ración de posesión del balón. Cuando por fin lo perdieron, resultó fatal: un gran cambio de juego de Eraña que Gudelj aprovechó estupendamente: Cuando Ablanedo encajó el segundo gol, El Molinón se quedó mudo. Carlos García Cuervo, cuya declaración de intenciones pasaba por encajar menos goles, se estrenó con un par de ellos.

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