CICLISMO: PARÍS-NIZA

Laurent Jalabert logra su mejor victoria

Hace apenas 10 meses, la victoria de un reputado sprinter francés, Laurent Jalabert, en los lagos de Covadonga hizo pensar a más de uno que la Vuelta era puro cachondeo. Ayer, ese mismo Jalabert se impuso en la París-Niza, una prueba dura y exigente, con sus dosis de montaña y cronoescalada. Más que un espejismo, aquella victoria suya en la montaña asturiana parece ahora una revelación.

Jalabert, que corre desde hace años en el equipo español ONCE, aún no ha cumplido los 27 años, y su capacidad de mejora se presenta impresionante. En la prueba francesa destacaron también un par de jóven...

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Hace apenas 10 meses, la victoria de un reputado sprinter francés, Laurent Jalabert, en los lagos de Covadonga hizo pensar a más de uno que la Vuelta era puro cachondeo. Ayer, ese mismo Jalabert se impuso en la París-Niza, una prueba dura y exigente, con sus dosis de montaña y cronoescalada. Más que un espejismo, aquella victoria suya en la montaña asturiana parece ahora una revelación.

Jalabert, que corre desde hace años en el equipo español ONCE, aún no ha cumplido los 27 años, y su capacidad de mejora se presenta impresionante. En la prueba francesa destacaron también un par de jóvenes de la generación X, la de los nacidos en 1970, entre ellos el español Abraham Olano.El ruso Vladislav Bobrik, ex íntimo de Eugeni Berzin, el otro de los jóvenes, también habría merecido ganar la carrera del sol -este año, sin embargo, marcada por el frío y la nieve-, por lo menos al mismo nivel que Jalabert. El día decisivo, el lunes pasado, fue Bobrik -ganador de la última Vuelta a Lombardía quien marcó el ritmo de la escapada hasta que la mala suerte -pinchazo y posterior caída- se cebé en él. Después, la carrera fue un puro bloqueo marcado por el ONCE en todo su esplendor. Hasta ayer.

Por la mañana, el sprinter italiano Fabio Baldato lograba el prestigioso triunfo en el boulevard de los Italianos de Niza y por la tarde, más, prestigio: los 12,5 kilómetros entre la capital de la Costa Azul y la cima del col d'Éze. Allí, donde el año pasado Rominger fijó una media récord superior a los 33 kilómetros por hora, Bobrik mostró una vez más su clase, una categoría que hace pensar que es un hombre importante. Jalabert, que salió con un colchón de 1,47 minutos y con la referencia de sus rivales, no se contentó, sin embargo, con limitar las pérdidas en un ejercicio que no es el suyo favorito. Simplemente cedió 12 segundos. al ruso para ocupar la segunda plaza del sector por delante de un verdadero especialista, su compañero de equipo Alex Zülle, y de otro joven con ganas, el español Olano. Entre los 10 primeros, otros tres que corren para equipos españoles: el francés Stéphane Heulot (Banesto), quinto, y los españoles Fernando Escartín y Marcelino García, séptimo y noveno, respectivamente.

Una caída, detonante

Si su victoria en Covadonga fue un punto de partida para el nuevo Jalabert, el verdadero detonante se dio un par de meses después, en una espectacular caída en el primer sprint del Tour. En vez de llorar su mala suerte -el francés no pudo repetir su sueño del maillot verde-, Jalabert dio un giro a su cabeza y se entrenó con más fuerza. La de ayer fue su mejor forma de dar un corte de mangas al destino.

Quien no pudo romper el bloqueo en ningún momento fue Olano, siempre en el grupo de delante, pero nunca desbordante. La carrera del guipuzcoano se parece cada vez más a la de Induráin. Cuidado desde noviembre por el médico italiano Michele Ferrari, su objetivo este año es bajar peso y ganar capacidad en la montaña sin perder calidad en su especialidad, las contrarreloj.

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