TEATROS

Los dueños del Alfil piden que técnicos municipales busquen las fugas de sonido

El teatro Alfil vuelve a estar en el punto de mira del Ayuntamiento. La semana pasada, el consistorio envió un escrito a los propietarios de esta sala alternativa en el que los técnicos municipales argüían que el nivel de ruido superaba "con mucho" lo permitido en las ordenanzas. Les daba un plazo de cinco días, que se cumplió ayer, para que presentaran alegaciones.deraran pertinentes. Los responsables del Alfil han solicitado al Ayuntamiento que envíe sus propios técnicos a la s la para que ellos detecten por donde se producen las fugas de sonido."Hemos gastado mucho dinero para insonorizar l...

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El teatro Alfil vuelve a estar en el punto de mira del Ayuntamiento. La semana pasada, el consistorio envió un escrito a los propietarios de esta sala alternativa en el que los técnicos municipales argüían que el nivel de ruido superaba "con mucho" lo permitido en las ordenanzas. Les daba un plazo de cinco días, que se cumplió ayer, para que presentaran alegaciones.deraran pertinentes. Los responsables del Alfil han solicitado al Ayuntamiento que envíe sus propios técnicos a la s la para que ellos detecten por donde se producen las fugas de sonido."Hemos gastado mucho dinero para insonorizar la sala y cumplir las ordenanzas municipales. Que vengan los técnicos del Ayuntamiento y sean ellos los que digan por dónde se escapa el ruido", decían ayer en el teatro Alfil. Las obras de insonorización de este local, situado en el número 10 de la calle del Pez, se realizaron el verano pasado y supusieron un desembolso de 30 millones de pesetas, de los que cinco los aportó el Ministerio de Cultura y cuatro la Comunidad de Madrid.

A vueltas con las cañerías

Hace una semana, los vecinos del Alfil protestaron durante el transcurso de una representación de teatro, golpeando las cañerías del edificio, lo que impidió que el público siguiera la función.

"Nunca sobrepasamos el límite permitido. por las ordenanzas", decían ayer en el teatro. Reconocen que, ante las protestas de los vecinos, ellos mismos hicieron una medición en la celebración de un concierto -la programación habitual son montajes teatrales-.

"Aquel día, uno de los más ruidosos, sobrepasamos en cuatro decibelios el límite permitido"; manifestó un responsable del local. Los propietarios del teatro aseguraban ayer que este. conflicto se solucionará rápido. "Se trata de mirar si hay fugas y repararlas", decían. Hace poco señalaban la posibilidad de que el sonido ascendiera por el hueco de una cañería antigua.

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