Un pipiolo da vida al Leganés

El gol de Valdivia, del filial pepinero, acaba con el Athletic B

Fútbol o carnaval. Era el dilema en la mañana de Leganés. El pueblo se dividió, aunque alguno compatibilizó tareas y acudió al fútbol disfrazado. Y el único disfraz que se vio en el Municipal fue el del empate. Allí no había manera de que alguien metiera lo redondo en la red. Pero llegó Valdivia, un chaval de 20 años del filial, un pepinillo, que ha marcado 40 goles en Tercera entre la temporada pasada y lo que se lleva de ésta. Valdivia fue convocado para cubrir la lesión de Íñigo. Consumía el choque el tramo final cuando Duque mandó calentar al pipiolo. Allí salió Valdivia, descarado ...

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Fútbol o carnaval. Era el dilema en la mañana de Leganés. El pueblo se dividió, aunque alguno compatibilizó tareas y acudió al fútbol disfrazado. Y el único disfraz que se vio en el Municipal fue el del empate. Allí no había manera de que alguien metiera lo redondo en la red. Pero llegó Valdivia, un chaval de 20 años del filial, un pepinillo, que ha marcado 40 goles en Tercera entre la temporada pasada y lo que se lleva de ésta. Valdivia fue convocado para cubrir la lesión de Íñigo. Consumía el choque el tramo final cuando Duque mandó calentar al pipiolo. Allí salió Valdivia, descarado e inquieto. Su primera jugada casi la culmina Luis Ricardo. Su segunda intervención acabó en gol. El joven delantero da vida a un Leganés.Era un choque en el sótano de la clasificación, en ese lugar oscuro que recibe más luz de la categoría inferior que de la presente. El Athletic B es un filial atípico, no tiene el formato de estos equipos. Si la tradición dice que estos chicos la tocan muy bien y se muestran muy endebles, los jóvenes cachorros dictan lo contrario. Son duros y correosos. Y los pepineros, que también andan sobrados de estas característícas, aceptaron el reto. El resultado se tradujo en pocas oportunidades, mucho contacto, la camilla que entra, el jugador que se queja y el forcejeo que se impone. Valdivia fue el único que dijo que no le gustaba el empate.

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