El 'derby' pobre acaba en un discreto empate

El derby pobre de lajornada dejó un discreto empate en un partido de juego colapsado por la responsabilidad de los protagonistas un campo infame. El Oviedo de Jokanovic y Prosinecki tocó más, guardó mejor las apariencias, pero pareció un equipo robotizado, sin alma. El Sporting de Hugo Pérez y Lediajov fue más directo y pudo resolver varias veces, pero Mora y su nulidad rematadora lo impidió. El Sporting, ansioso por amarrar una victoria que se le niega desde el 16 de octubre, cedió terreno en el tramo final y lo pagó con el empate.Carlos lleva más de la mitad de los goles de su equipo....

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El derby pobre de lajornada dejó un discreto empate en un partido de juego colapsado por la responsabilidad de los protagonistas un campo infame. El Oviedo de Jokanovic y Prosinecki tocó más, guardó mejor las apariencias, pero pareció un equipo robotizado, sin alma. El Sporting de Hugo Pérez y Lediajov fue más directo y pudo resolver varias veces, pero Mora y su nulidad rematadora lo impidió. El Sporting, ansioso por amarrar una victoria que se le niega desde el 16 de octubre, cedió terreno en el tramo final y lo pagó con el empate.Carlos lleva más de la mitad de los goles de su equipo. No está en su mejor momento, entre otras cosas, por el conflicto con la directiva a cuenta de la renovación, que parecía asegurada al jugar 15 partidos. Ayer, con su remate sobre la raya, se lo puso más difícil a los dirigentes. Un gol en un derby asturiano es más que un gol. Gracias a Carlos, la gente de la, capital no tendrá que aguantar los envites gijoneses durante los próximos días, semanas e incluso meses, hasta el partido de vuelta.

Radomir Antic se había pasado la semana pidiendo a sus jugadores mas eficacia rematadora. El técnico ovetense, que vende muy bien su producto, no tenía dudas de la superioridad de su equipo en el centro del campo, lo que reduciría la peligrosidad del Sporting a algún contragolpe. Sus hombres intentaron darle la razón, pero con un aire tan funcionarial que todo se quedaba en salvas. Berto, Jokanovic y Prosinecki tocaban y tocaban, pero casi nunca llegaban a enlazar con sus lejanos delanteros.

En ese sentido, el Sporting entendió mejor el espíritu de estos partidos. Puso siempre más pasión en sus acciones, peleó cada balón como si fuese el último y acabó tomando el control del juego durante largos periodos. Influyó la presencia de Hugo Pérez, un 5 argentino clásico, que le dio salida al equipo, además de barrer muchos balones en una zona amplia. Él y Avelino cargaron con el trabajo sucio, dejando para Lediajov el virtuosismo y a Pier la finalización. Pier marcó un gol muy suyo, pero estropeó al final uno de sus clásicos arranques de furia. El Sporting se vio, por fin, ganador. Pero en la última media hora se atechó en su campo y la bota de Carlos apareció en el sitio justo en el momento oportuno.

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