Yeltsin decide lanzar a sus tropas a la conquista de la capital de Chechenia

Rusia cambió ayer sus planes, y en vez de limitarse a sitiar Grozni, la capital de la república rebelde: de Chechenia, bombardeará y tomará la ciudad por la fuerza, según decidió el poderoso Consejo de Seguridad ruso, reunido en sesión extraordinaria en el Kremlin bajo la presidencia de Borís Yeltsin.El ultimátum para que el presidente checheno, Dzhojar Dudáiev, deponga las armas venció anoche, y mientras las tropas rusas concluían el cerco de Grozni, parte de la población civil se aprestaba a resistir el asalto y otra huía. Poco después del fin del ultimátum siete aviones cruzaron la frontera...

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Rusia cambió ayer sus planes, y en vez de limitarse a sitiar Grozni, la capital de la república rebelde: de Chechenia, bombardeará y tomará la ciudad por la fuerza, según decidió el poderoso Consejo de Seguridad ruso, reunido en sesión extraordinaria en el Kremlin bajo la presidencia de Borís Yeltsin.El ultimátum para que el presidente checheno, Dzhojar Dudáiev, deponga las armas venció anoche, y mientras las tropas rusas concluían el cerco de Grozni, parte de la población civil se aprestaba a resistir el asalto y otra huía. Poco después del fin del ultimátum siete aviones cruzaron la frontera con Chechenia y se oyeron explosiones, pero el esperado asalto de Grozni no había comenzado a las dos de la madrugada de hoy.

El Consejo de Seguridad ruso convocó ayer a Dudáiev a reunirse en Mozdok (Osetia del Norte), cuartel general ruso desde donde se dirigen las operaciones militares en Chechenia, con sus representantes, pero el líder checheno se negó a comparecer, y anoche se disponía a resistir hasta el final. En otra de sus jugadas teatrales, Dudáiev envió un telegrama a Yeltsin en el último minuto invitándole a sentarse a hablar de paz, pero no recibió respuesta de Moscú.

El Gobierno checheno había contestado al ultimátum ruso con un nuevo desafió y amenazó con ejecutar a 20 soldados rusos que se encuentran en su poder si el régimen de Borís Yeltsin se decidía finalmente a entrar en Grozni a sangre y fuego. El fiscal general de Chechenia, Usmán Imáyev, restó después veracidad a esta amenaza.

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