El Barça salva el enredo

El equipo azulgrana superó el jeroglífico planteado por el Efes

El Barça sacó adelante un partido en el que llegó a caer en la más absoluta confusión. El Efes Pilsen le obligó a descifrar el jeroglífico de su defensa. Numantina, a veces. Despreocupada del rebote hasta la exageración. A veces con apariencia poco sólida. Peto tremendamente efectiva en todos los casos.Sabedor de que el Efes aplica un baloncesto control en ataque, el Barcelona salió embalado, tratando de ganar el partido en base al contrataque. Y logró aplicar la receta pero los resultados no fueron los deseados. No se trataba sólo de correr. Había que salvar siempre la posición del cuerpo, de...

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El Barça sacó adelante un partido en el que llegó a caer en la más absoluta confusión. El Efes Pilsen le obligó a descifrar el jeroglífico de su defensa. Numantina, a veces. Despreocupada del rebote hasta la exageración. A veces con apariencia poco sólida. Peto tremendamente efectiva en todos los casos.Sabedor de que el Efes aplica un baloncesto control en ataque, el Barcelona salió embalado, tratando de ganar el partido en base al contrataque. Y logró aplicar la receta pero los resultados no fueron los deseados. No se trataba sólo de correr. Había que salvar siempre la posición del cuerpo, de la mano, del brazo del turco de turno. Aprovechando a la perfección su ojo clínico con los triples -logró cuatro sobre seis intentos en el primer tiempo- y el estado de gracia de Aydin.

Durante algunos minutos se planteó la duda: el Barcelona tenía el mismo aspecto triste de sus últimas incursiones por Europa. Pero nadie se atrevía a pensar en la sorpresa. Todavía hay clases en el baloncesto. El Efes tiene algunas cualidades -es un equipo corajudo y se vuelve particularmente molesto en Turquía, donde saca un gran rendimiento al factor cancha-, pero, está lejos de los grandes patrones del baloncesto europeo. Y el Barcelona es uno de ellos.

El partido dicurrió de manera muy cansina. Cada equipo trataba de forzar sus bazas, y en este punto el encuentro se parecía más a lo que quería el Efes Pilsen que a los deseos del Barcelona. La enredadera de los turcos tenía efectos sobre el ataque y la defensa del Barcelona. Así que todo el mundo se dispuso a ver un choque árido, lento, muy táctico.

A pesar de la superioridad en el rebote y del contrataque, el Barcelona no logró llevar la iniciativa. Los turcos dominaron hasta por seis puntos de diferencia, 24-30, a poco del descanso. Había una sensación de incertidumbre: el resultado era malo y el adversario ponía espinas por todos los lados. La incomodidad del, Barça era manifiesta.

Tras el descanso, con Aydin en el banquillo por decisión de su técnico, y con Ferran causando los estragos que no logró en la primera parte, el Barcelona abrió una pequeña brecha: 43-37 que fue ensanchándose (54-45) gracias a que Fisher tomó la manija, no sólo anotadora sino en la dirección de determinadas jugadas, y a la ingente cantidad de rebotes ofensivos: 17 por tan sólo uno del Efes. El equipo turco nunca pudo detener la hemorragía en este aspecto. El Barca contaba, por tanto, con una gran cantidad de segundas y terceras oportunidades en el lanzamiento a canasta.

De la mano de Fisher, la parte final del encuentro fue más llevadera para el conjunto de Aito. Sin embargo, la impresión fue un tanto decepcionante. El equipo funciona peor en Europa que en la Liga española. El desajuste ha sido muy claro en los últimos partidos. Eso preocupa en el equipo y en la hinchada, que no acierta a explicarse los problemas. Pese a todo, el Barca salvó un triunfo poco menos que imprescindible para no afrontar el resto de la competición "contrarreloj", como dijo Aíto García Reneses y que rompe su racha de tres derrotas consecutivas.

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