Entrevista:IV ASAMBLEA DE IZQUIERDA UNIDA

"El PSOE escupió en la mano que yo le tendí"

Se siente seguro, y ahora muy acompañado, en el papel de David frente a Goliat. Al fin y al cabo, Julio Anguita encuentra inspiración en la Biblia y en la técnica militar.

Tiene 53 años, y dice que quiere hacer otras cosas en la vida ante s de que no esté en condiciones para hacerlas. Por eso, al terminar la conversación, deja entre interrogantes si volverá a presentarse a la reelección. Pero, por el momento, es el que ha sobrevivido a la travesía del desierto. El tiempo dirá si para llegar a un oasis o a un espejismo.Pregunta. Vuelve a ser usted el indiscutido jefe de la caravan...

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Se siente seguro, y ahora muy acompañado, en el papel de David frente a Goliat. Al fin y al cabo, Julio Anguita encuentra inspiración en la Biblia y en la técnica militar.

Tiene 53 años, y dice que quiere hacer otras cosas en la vida ante s de que no esté en condiciones para hacerlas. Por eso, al terminar la conversación, deja entre interrogantes si volverá a presentarse a la reelección. Pero, por el momento, es el que ha sobrevivido a la travesía del desierto. El tiempo dirá si para llegar a un oasis o a un espejismo.Pregunta. Vuelve a ser usted el indiscutido jefe de la caravana.

Respuesta. Eso es importante en la medida en que no hay conflictos por el poder. Pero lo verdaderamente importante es que ésta es la asamblea del sorpasso, de un adelantamiento al PSOE que no es sólo adelantamiento electoral, sino conseguir la hegemonía en la izquierda: que enraícen en la sociedad los valores que defendemos, que seamos percibidos como una fuerza con un discurso alternativo de Estado. Lo digo con claridad: yo no asumo el sistema. Yo voy a valores y programas alternativos para cambiar esto, con la Constitución en la mano.

P. ¿No cree que en IU se aprecia más la voz que protesta que la propuesta que gobierna?

R. Eso puede estar ahora al 50%. Yo he animado aquí a que la gente se movilice, salga a la calle, pero en favor de algo, mejor que en contra de algo. Yo no quiero, que IU crezca por revancha contra el PSOE, sino por nuestras propuestas. Y por ahí vamos.

P. Usted dice: el ritmo para negociar pactos lo marcamos nosotros, las decisiones las tomamos nosotros. Pero quienes van a votar querrán saber antes qué van a hacer ustedes en la encrucijada de dejar libre el paso al PP o pactar con el PSOE.

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R. Tras las elecciones analizaremos cada Ayuntamiento, cada comunidad, la correlación de fuerzas. Yo he dicho: ¡tranquilos!, olvidad las presiones. hay tiempo. Los electores entenderán que previamente no podemos dar cheques en blanco. Eso de "dadnos fuerza para obligar al PSOE a dar un giro" está enterrado. Yo voy a pedir la fuerza para imponer un programa de izquierda.

P. No esquive el problema. En muchos ayuntamientos y comunidades autónomas, va a depender de sus votos que el alcalde, el presidente sea del PP o sea de izquierdas.,

R. ¡Ya estamos!

P. He dicho de izquierdas, no he dicho socialista...

R. ¿De izquierdas? Entonces, ¡nosotros!

P. Hombre, no...

R. No, no. Al decir de izquierdas es Izquierda Unida. Punto. No admito otra historia.

P. Hombre...

R. Si digo izquierda digo Izquierda Unida, no estoy diciendo otra cosa. ¡Así de claro! A partir de ahí, ya veremos. El problema es que yo veo hoy al PSOE sin saber definirse. Está como una criatura asustada que se agarra al padre, aunque sabe que el padre le lleva a la perdición. El SOE se ha convertido en un niño sin voluntad. Ahora nadie acuerda de cuando yo le he tendido la mano. Bueno, pues se ha escupido a esa mano.

P. Y eso quiere decir que es inútil que le ofrezca va la mano.R. No. Que pida, que' se siente con un programa en la mesa. Si quieren pactos, que vengan con un programa municipal, que nos hablen de mejoras, no de reparto de sillones. Nosotros lo que no podemos hacer es dar un apoyo a la actual política, ni directa ni indirectamente.

P. Si el PSOE sufre un terremoto electoral en las municipales, ¿pedirá elecciones legislativas?

R. No. Aquí hubo una votación y salió elegido el PSOE. El problema se llama Felipe González. Felipe González es el principal problema que tiene este país. Pero si no se va no es porque tenga apego al sillón, es para no abortar el cierre de ciertos problemas que si hoy se quedasen sin cerrar y entrase otro presidente podrían originar una débacle.P. ¿Le dan vértigo los elogios- del centro derecha.? ¿Le escama que los que jalean a Aznar le den pábulo a usted?

R. Tengo 53 años. Estoy de vuelta de lisonjas y de críticas. Casi me molestan más las lisonjas.

P. Sartorius dijo el domingo pasado en este periódico que "mientras PSOE e IU se degüellan, Aznar medra".

R. Es una manera inteligente de evadirse. El señor Aznar medra porque el PSOE tiene los mismos valores que el señor Aznar. El presidente del Gobierne, no ha querido saber nada de IU. Con todo mi respeto al señor Sartorius, eso me recuerda a aquello de "los españoles deben ser justos y benéficos".

P. ¿A veces no se reviste de apariencia democrática en IU lo que. son ajustes de cuentas con quienes discrepan? Y estoy pensando en la última, en la renuncia de Isabel Vilallonga.

R. En 1993 ya se hizo una consulta a las bases, con la que estuvo de acuerdo Nueva Izquierda. Salieron unos resultados, no gustaron. Ahora, Isabel Vilallonga ha decidido retirarse antes de someterse a una votación.

P. En los partidos políticos, a veces para no mancharse en este tipo de cosas. se manda por delante a las bases para dar un revolcón democrático.

R. En otros partidos se lanza a los aparatos. Si a que las bases intervengan se le llama lanzar... Mire usted, esto está cambiando, y cambia de estas maneras. Pero hay de por medio un método democrático.

P. Ahora Vilallonga, antes Sartorius, Cristina Almeida, Pablo Castellano. ¿Le preocupa esa descapitalización de dirigentes con popularidad?

R. Si me ponen en una balanza método democrático y en otra una dirección con figuras notables mediante acuerdos de capilla, no vacilo ni un segundo a favor del método democrático.

P. Vázquez Montalbán escribía hace poco que el PCE ha tenido una tremenda capacidad para devorarse a sí mismo. ¿Izquierda Unida lo ha heredado?

R., No. Hay cosas que comparto con Vázquez Montalbán y otras que no comparto en absoluto.

P. ¿Ve efectivamente, como dijo el pasado viernes, a la caravana en la antesala de La Moncloa?

R. Fue una metáfora. Pero a finales de siglo las cosas pueden tomar sesgos hoy insospechados. Esto no aguanta más tiempo con parches calientes. Acabo de leer en EL PAÍS lo que ha ocurrido en el Consejo Europeo. No tienen valor para ver la verdad cara a cara. Frente a la lógica de reducir sueldos y suprimir el salario mínimo hay que oponer otra lógica. Por eso nosotros tenemos un discurso que va contra corriente. Pero va calando. Varios invitados extranjeros me han pedido que hablemos de la reducción de jornada laboral. Los sindicatos, en su día, tendrán que debatir esto en torno a un programa, del que ellos participen. Tiempo al tiempo.

. P. A los sindicalistas les produce enorme recelo que un partido político les pida que aporten músculo sindical para batallas políticas.

R. Es que estamos en un momento en que la batalla política también es la de ellos. Lo que digo es: ¡ojalá discutiésemos durante meses un programa de gobierno pormenorizado! Los sindicatos y los partidos son independientes, pero en las circunstancias actuales, ¿por qué no aunar fuerzas en torno a un programa? Sobre todo en momentos como éstos, en que las peticiones tienen que ser radicales. Es un error tremendo creer que asumiendo el mercado, la competitividad y la política europea se acaba con el paro. ¡Eso es mentira! No tiene arreglo, por más vueltas que le den los sindicatos, porque los ministros de Economía de la Unión Europea obedecen a una lógica capitalista.

P. Pero los sindicatos a lo mejor piensan que su papel es el de negociar y conseguir avances, y no el dar una batalla campal...

R. Respeto la opinión de los sindicatos. Estoy hablando de un debate teórico. Quiero decir que, igual que los partidos políticos en sentido clásico ya no sirven, son inoperantes, y de ahí el éxito de hacer de IU un movimiento político y social...

P. Pero siguen considerando un valor mantener el PCE.

R. Sí, pero es que este PCE no es ya un partido comunista clásico. El PCE trabaja para Izquierda Unida. Ya no hay centralismo democrático.

P. Usted dijo hace ya varios años en este periódico: "Algún día el alma inmortal del PCE tendrá que transmigrar".

R. Sí...

P. Pero dicho eso por un agnóstico quizá no significaba nada.

R. Significaba lo que se está haciendo ahora mismo. El PCE transmite su alma, sus elaboraciones, sus visiones, a Izquierda Unida.

P. Por tanto, no piensa en su disolución.

R. Los partidos políticos se extinguen, y por tanto es algo que la historia decide. El PCE está vivo y avanza en la dirección correcta.

P. En abril usted veía más coincidencias de UGT con IU que de UGT con el PSOE. ¿Hoy diría lo mismo?

R. En la única entrevista que he tenido con Cándido Méndez, él confió en que el crecimiento económico pueda crear empleo. Ahí discrepamos. Yo voy fraguando una opinión sobre la evolución de UGT, pero como no es firme no voy a darla aún.

P. Una opinión, por tanto, distinta de la que tenía antes.

R. No siga. No le voy a contestar. No voy a dar mi opinión todavía. '

P. La entrada de dirigentes de CC 00 en órganos de IU coloca una voz sindical en la cúpula de IU, *pero también puede suponer que IU cuenta formalmente con un brazo armado en CC OO.

R. Puestos a pensar, se puede pensar lo que se quiera.

P. Hombre, han escogido ustedes a dos personas que en ocasiones se han enfrentado a Antonio Gutiérrez.

R. No, además de Agustín Moreno y Salce Elvira, también entra Ángel Campos. ¡Y quién me va a impedir a mí que cuente con alguien como Agustín Moreno, que conoce el mundo laboral! Yo lo que quiero es que los sindicalistas vuelquen lo que saben y nos ayuden a hacer un programa.

P. Acaba de comenzar usted un nuevo mandato-. Cuando termine, ¿se presentará a la reelección o ésta es la última vez?

R. Me gustaría hablar con mayor claridad, porque yo tengo la idea clara. Pero le voy a decir a a usted una cosa: hoy me presento a la reelección. ¿La próxima vez ... ? Escríbalo usted entre interrogantes. Bastante concreto estoy siendo.

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