Pujol asegura que CiU no dará al PP lo que las urnas le negaron

Los nacionalistas catalanes no pondrán al alcance del PP lo que los españoles le negaron en las últimas elecciones generales: el gobierno de España. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, reiteró ayer que la coalición que él encabeza -Convergència i Unió, CiU- considera conveniente para el país que tarde o temprano se produzca una alternancia en el gobierno. Pero inmediatamente apostilló que, en todo caso, tal cambio lo debe decidir el pueblo español en unas elecciones generales.

"[El resultado de las elecciones de 1993] es el que es", dijo Pujol. "CiU no lo puede cambiar; só...

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Los nacionalistas catalanes no pondrán al alcance del PP lo que los españoles le negaron en las últimas elecciones generales: el gobierno de España. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, reiteró ayer que la coalición que él encabeza -Convergència i Unió, CiU- considera conveniente para el país que tarde o temprano se produzca una alternancia en el gobierno. Pero inmediatamente apostilló que, en todo caso, tal cambio lo debe decidir el pueblo español en unas elecciones generales.

"[El resultado de las elecciones de 1993] es el que es", dijo Pujol. "CiU no lo puede cambiar; sólo puede cambiarlo el pueblo en unos comicios generales". El presidente catalán hizo estas manifestaciones anoche en el programa L'entrevista de TVE-2.

El líder nacionalista constató que CiU podría forzar un adelanto de las elecciones generales, pero reiteró una vez más que su formación no es partidaria de ello. Pujol insistió en que el pacto PSOE-CiU, sobre el que se sustenta la estabilidad del gobierno de Felipe González, goza de buena salud, al menos hoy por hoy.

Sin motivo de ruptura

El presidente catalán evitó hacer pronósticos sobre la durabilidad del pacto con los socialistas, pero afirmó que si no se producen incumplimientos graves de los acuerdos alcanzados en materia económica y autonómica no habrá motivo alguno para romper la colaboración.Pujol juzgó postitivamente el balance de esa política de colaboración y aseguró que la voluntad de CiU es seguir en la misma línea. Si esto no fuese posible, previno, sería por falta de entendimiento con los socialistas, pero nunca insistió, a causa de los ataques ni de las presiones que reciben los nacionalistas por apoyar al Ejecutivo de González.

El presidente de la Generalitat aseguró que el gran reto que la clase política tiene hoy ante sí es "serenar" a un país zarandeado, como otros muchos de Europa, por los escándalos políticos y las denuncias de corrupción. Pidió para ello a políticos, periodistas, jueces y fiscales que, cada uno en su papel, hagan un esfuerzo de credibilidad y transparencia ante la sociedad.

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A renglón seguido, se preguntó Pujol si los políticos disponen hoy de autoridad moral suficiente para pedir ese esfuerzo de credibilidad y transparencia. El mismo admitió que es "dudoso" que sea así, pero afirmó que el país tiene la clase política que tiene y no otra, y que con ella ha de tratar de superar la situación. "No hay más cera que la que arde", sentenció.

Reclamó con absoluta urgencia una nueva ley de financiación de los partidos políticos y reconoció que la opinión pública española no admitiría un borrón y cuenta nueva en este asunto como el que propugna el presidente de la Xunta de Galicia, el conservador Manuel Fraga. No obstante, Pujol no se opuso personalmente a dicha propuesta.

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