El Amway Zaragoza, en quiebra económica

Los éxitos deportivos del Amway Zaragoza, que comparte el segundo puesto de la Liga ACB con el Unicaja, apenas están teniendo eco en la capital aragonesa. El SOS lanzado por José Luis Rubio, sempiterno presidente de la entidad, advirtiendo de la inminente desaparición del club, acapara todo el interés. En una situación económica de quiebra -las deudas se aproximan a los 600 millones, de los cuales 350 exigibles a corto plazo, mientras el capital social es de 100-, Rubio y el que fuera su vicepresidente económico durante años, Gustavo Pérez, se han enzarzado en una guerra por el control de la s...

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Los éxitos deportivos del Amway Zaragoza, que comparte el segundo puesto de la Liga ACB con el Unicaja, apenas están teniendo eco en la capital aragonesa. El SOS lanzado por José Luis Rubio, sempiterno presidente de la entidad, advirtiendo de la inminente desaparición del club, acapara todo el interés. En una situación económica de quiebra -las deudas se aproximan a los 600 millones, de los cuales 350 exigibles a corto plazo, mientras el capital social es de 100-, Rubio y el que fuera su vicepresidente económico durante años, Gustavo Pérez, se han enzarzado en una guerra por el control de la sociedad anónima que, lejos de aportar luz, ha situado al Amway en estado de coma.La junta de accionistas aprobaba el pasado mes de, septiembre una ampliación de capital por importe de 225 millones de pesetas. Cerrado el plazo de suscripción de acciones, únicamente se habían cubierto seis, por lo que se prorrogó hasta el 5 de diciembre próximo. A cinco días de la crítica fecha, la cifra apenas ha aumentado y se sobrepasan ligeramente los siete millones de pesetas.

José Luis Rubio ha planteado con claridad las tres salidas que permite la legislación sobre sociedades anónimas deportivas: ampliación de capital, venta de los derechos del club o liquidación de la entidad. Comprobado que los accionistas renuncian a suscribir acciones, el presidente ha lanzado una desesperada petición de ayuda a las instituciones antes de tener que decidirse por la venta de los derechos a otra ciudad o la desaparición.

Rubio se ha encontrado, sin embargo, con un horno político poco apto para atender su solicitud. La propuesta del Amway es que Ayuntamiento y Gobierno regional suscriban el grueso de la ampliación, con un compromiso de recompra de las acciones a largo plazo. La oposición municipal -Par, PP e IU- ya ha rechazado esta posibilidad, aunque Rubio se reunía la semana pasada con los portavoces de todos los grupos buscando un cambio de criterio. Peor andan las cosas en el Gobierno regional, que ni siquiera se ha pronunciado ante los graves problemas que acechan a su presidente.

En la búsqueda de soluciones, Rubio se trajo de Estados Unidos al vicepresidente de la peculiar multinacional que patrocina al Baloncesto Zaragoza. Pero la parafernalia montada en su visita no sirvió para convencerle de que Amway suscribiera la ampliación de capital y se convirtiera en el propietario del club.

Entre tanto, el que fuera vicepresidente económico, Gustavo Pérez, salía a la palestra con una oferta para hacerse con el control del club. Pérez, que llegó a controlar el 10% de las acciones, vendía el pagado año su participación para zanjar las disputas que mantenía con Rubio. El club tuvo que hacer frente a los 90 millones de pesetas en avales que tenía firmados su vicepresidente y buscar comprador para los 16 millones de pesetas en acciones que conservaba.

La guerra se ha reabierto ahora. Pérez ofrece entrar en la ampliación de capital con 70 millones, pero "asumiendo la gestión: con un captal social de 100 millones, si aportamos 70 más, es lo lógico" y también reclamando aportaciones de las administraciones públicas. Eso significaría la salida de José Luis Rubio, único presidente que ha tenido este club, y es en este punto donde salen las espadas a relucir. Gustavo Pérez ha tirado a dar recordando que el presidente tiene "un contrato blindado a cinco años y cobra el 1% del presupuesto" y le ha culpado de todos los males económicos de la entidad por su desastrosa política de fichajes.

El 5 de diciembre es la fecha límite. Si para entonces no hay visos de encontrar la forma de capitalizar el club con algo más de 200 millones de Ppsetas, el flamante pabellón Príncipe Felipe se quedará sin baloncesto.

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