Arantxa falló al final

El final no pudo ser peor. La cara de Arantxa era un poema cuando se retiró de la pista instalada en el Madison Square Garden de Nueva York con la derrota a cuestas. Fue una de las ironías que a veces reserva el destino. Arantxa cerró la mejor temporada de su vida con una tremenda decepción. Todas las expectativas que había levantado en el Masters fueron anuladas de un plumazo por la francesa Julie Halard -22ª de la WTA-, que había entrado en el torneo casi de rebote: en Filadelfia, hace unos días, alcanzó la decimosexta posición en la clasificación por puntos del circuito. Ayer derrotó a la s...

El final no pudo ser peor. La cara de Arantxa era un poema cuando se retiró de la pista instalada en el Madison Square Garden de Nueva York con la derrota a cuestas. Fue una de las ironías que a veces reserva el destino. Arantxa cerró la mejor temporada de su vida con una tremenda decepción. Todas las expectativas que había levantado en el Masters fueron anuladas de un plumazo por la francesa Julie Halard -22ª de la WTA-, que había entrado en el torneo casi de rebote: en Filadelfia, hace unos días, alcanzó la decimosexta posición en la clasificación por puntos del circuito. Ayer derrotó a la segunda jugadora mundial por 6-2, 1-6, 7-6 (72), tras una batalla épica que duró 2 horas y 14 minutos.Arantxa bajó la cabeza y miró hacia el palco donde estaban su madre, Marisa, su entrenador, Gabriel Urpí, y su agente comercial. Allí encontró el calor de las personas que la quieren, pero ningún alivio a su decepción. También ellos estaban cabizbajos y mantenían aún cierta incredulidad respecto a lo que sus ojos acababan de presenciar.

Nadie se lo creía. Incluso para Julie Halard, de 24 años, aquello parecía más un cuento de hadas que una realidad palpable. Pero era cierto. Arantxa Sánchez, la campeona de Roland Garros y del Open de Estados Unidos, la finalista del Open de Australia y ganadora de ocho torneos este año, estaba eliminada del Masters.

La derrota aparca definitivamente hasta el próximo año la polémica desatada en torno al liderato mundial. La temporada de Arantxa ha sido mucho más brillante que la de Graf. Pero la alemana sigue siendo la número uno en la clasificación por ordenador y ahora tiene muchas posibilidades de concluir liderando también el ranking por puntos y el de ganancias.

Arantxa, que había ganado 21 partidos consecutivos y no había perdido desde el mes de agosto, vio cerrado el camino hacia su último duelo de la temporada con Graf. Fue capaz de remontar la pérdida de la primera manga. Encarriló el partido, pero cuando lo tuvo controlado vio como se le escapaba como un pez se escabulle de las manos antes de sacarlo del agua.

Fue una prueba de impotencia. Arantxa lo intentó todo. Luchó hasta la extenuación y no dejó dudas sobre su nivel de entrega. El partido fue una batalla épica: dos jugadoras batiéndose a pecho descubierto y sin darse tregua. Halard se tomó un respiro en la segunda manga, pero volvió con renovados bríos en la tercera.

Arantxa le rompió el saque y se colocó con 4-2. Dispuso incluso de una bola para el 5-2. Pero en cambio permitió que Halard volviera a entrar en el partido. Y a partir de ahí todo se le complicó. La francesa, que había perdido seis veces en siete encuentros contra Arantxa, forzó la muerte súbita. Y allí se aprovechó de un par de errores consecutivos de Arantxa para situarse con 5-2 y acabar ganando.

"Sabía que Arantxa era vulnerable en este tipo de superficies y salí dispuesta a todo", reconoció la francesa. Halard se enfrentará en la segunda ronda a la norteamericana Martina Navratilova o a la argentina Gabriela Sabatini, que jugaban su partido al cierre de esta edición. Un poco más tarde, Martina debía recibir el homenaje de despedida por su dilatada y brillante carrera. También para ayer noche estaba previsto el debú de Graf contra la holandesa Brenda Schultz.

Hoy, entrará en la competición Conchita Martínez, tercera jugadora mundial, enfrentándose a la bielorrusa Natalia Zvereva. La aragonesa ha ganado cuatro de sus siete duelos personales y no pierde con ella desde 1992.