El Betis se le escapó al Valencia

El Betis se le escapó vivo al Valencia. Un regalo de Zubizarreta al filo del descanso obligó a los de Carlos Alberto Parreira a asfixiar a los verdiblancos con una arremetida brutal que sólo deparó el empate cuando el reloj marcaba el minuto 85. La segunda mitad fue valencianista de cabo a rabo. La primera acabó sin dueño. Poca explicación tiene que los visitantes pudieran absorber tanto al Betis en sólo medio tiempo, si antes se habían perdido en sobar el balón y controlar el juego sin apuntar profundidad. Jaro apenas trabajó antes de irse a los vestuarios y, sin embargo, después del partido ...

El Betis se le escapó vivo al Valencia. Un regalo de Zubizarreta al filo del descanso obligó a los de Carlos Alberto Parreira a asfixiar a los verdiblancos con una arremetida brutal que sólo deparó el empate cuando el reloj marcaba el minuto 85. La segunda mitad fue valencianista de cabo a rabo. La primera acabó sin dueño. Poca explicación tiene que los visitantes pudieran absorber tanto al Betis en sólo medio tiempo, si antes se habían perdido en sobar el balón y controlar el juego sin apuntar profundidad. Jaro apenas trabajó antes de irse a los vestuarios y, sin embargo, después del partido se habría merecido un sobresueldo. Un gol en contra a veces hace milagros.El orden debía preocupar bastante a los entrenadores en la primera parte. Fue una exhibición de estructura que no dejó nada para la galería. La organización valencianista obligaba al Betis a practicar la tarea del engaño. Sin sorpresas, cerca del área de Zubizarreta los ataques, se perdían en maniobras estériles. Y Cuéllar, que tenía el encargo de hacer de prestidigitador, se envolvió en sus propios regates. No fue la de ayer la tarde de Cuéllar.

Un minuto antes de marcharse a las duchas, los béticos celebraron su renovada apuesta ofensiva con el gol. El gol llegó, sin embargo, por sorpresa.

Parreira quemó las naves tras el descanso. Entró Roberto por Engonga. Álvaro y Fernando también avanzaron. El Betis sacó el parapeto. A cinco minutos del final Fernando pudo atinar con la portería rival, sin tiempo para más.