El Zaragoza se entrena en Mestalla

El Zaragoza se pasea por la Recopa de Europa con una facilidad aplastante. Su gran momento de forma no ha tenido contraste con rivales de entidad. Ayer, en su destierro de Mestalla (donde ya ha cumplido los dos partidos de sanción de la UEFA) superó a uno de los conjuntos más pobres del continente. Más que un entrenamiento fue una pachanga para calibrar algunas piezas del banquillo.El millar de aficionados zaragocistas desplazados a Valencia fue a disfrutar del estado de gracia de su equipo, primero en la Liga y ya clasificado para los cuartos de final de la Recopa de Europa. No había otro mot...

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El Zaragoza se pasea por la Recopa de Europa con una facilidad aplastante. Su gran momento de forma no ha tenido contraste con rivales de entidad. Ayer, en su destierro de Mestalla (donde ya ha cumplido los dos partidos de sanción de la UEFA) superó a uno de los conjuntos más pobres del continente. Más que un entrenamiento fue una pachanga para calibrar algunas piezas del banquillo.El millar de aficionados zaragocistas desplazados a Valencia fue a disfrutar del estado de gracia de su equipo, primero en la Liga y ya clasificado para los cuartos de final de la Recopa de Europa. No había otro motivo. La eliminatoria estaba resuelta, tras el 0-4 de la ¡da. El Zaragoza sólo tenía que involucrarse en la fiesta. Y lo hizo en los primeros cinco minutos de cada parte.

Esnáider, como de costumbre, fue el más rápido. Desenfundó en el minuto cuatro con uno de sus disparos secos y rasos que tanto odian los porteros rivales. Pero se acabó el jolgorio. El resto de la primera mitad fue un sesteo colectivo del Zaragoza, una reserva de energía para compromisos mayores. Su relajación fue tal que en el guión del partido apareció por primera vez el nombre de su oponente, el Tratan Presov, colista en la Liga de su país. El conjunto eslovaco, con un fútbol rudimentario, llegó hasta cuatro veces a la meta del joven Juanmí, una de ellas con una bonita combinación entre Kocis y Zvara que terminó en su único gol.

Fernández aprovechó la ocasión para ver de qué banquillo dispone. Observó a Juanmi en lugar de Cedrún, LIzarralde de Belsué, Óscar de Aragón, Sanjuán de Pardeza, y Loreto de Higuera. Pero ninguno de ellos se acercó a la brillantez de los originales.

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