El Lega se sacude la crisis de un cabezazo

Un extraño gol de Luis Ricardo sella la buena racha del equipo de Luis Ángel Duque

Son goles extraños. Luis Ricardo ya había saltado y realizado el giro de la cabeza de forma ortodoxa, pero el balón no le había llegado. El delantero del Leganés se había adelantado al esférico. Sin embargo, el cuero pegó en su cabeza cuando el jugador se encontraba con los pies en el suelo. La escuadra de la portería fue el destino del cuero. Quizá si Luis Ruicardo hubiera conectado con el balón cuando debía, el gol no se hubiese producido y el Lega estaría ahora con un punto menos. Pero este extraño tanto llegó, y con él, un efecto balsámico: el Lega encadena dos victorias consecutivas y dej...

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Son goles extraños. Luis Ricardo ya había saltado y realizado el giro de la cabeza de forma ortodoxa, pero el balón no le había llegado. El delantero del Leganés se había adelantado al esférico. Sin embargo, el cuero pegó en su cabeza cuando el jugador se encontraba con los pies en el suelo. La escuadra de la portería fue el destino del cuero. Quizá si Luis Ruicardo hubiera conectado con el balón cuando debía, el gol no se hubiese producido y el Lega estaría ahora con un punto menos. Pero este extraño tanto llegó, y con él, un efecto balsámico: el Lega encadena dos victorias consecutivas y deja el farolillo rojo de la clasificación.La victoria en Marbella la pasada jornada ha devuelto la sonrisa a los aficionados madrileños y al técnico Luis Ángel Duque. Antes del pitido inicial, Duque procedía al ritual que le acompañó la pasada temporada y que en los últimos partidos la tirantez de la afición no invitó a ello: dar la mano a lo aficionados que se ponen detrás de su banquillo. El partido no sólo tuvo esa coincidencia con algunas jornadas épicas de la campaña pasada. Tanto equipo como afición recibieron al Palamós con tensión, actitud que parecía en vías de extinción en el Lega de 1994. El equipo pepinero realizó un primer periodo de la vieja escuela, como quiere Duque: sacrificio, entrega, mirar siempre a la portería contraria y nada de filigranas.

Alfredo fue el encargado de encender la mecha.

Alfredito, como le llama todo el mundo en Leganés, es el jugador más alabado por Duque. Tiene el corte de los hombres que le gusta al entrenador pepinero: viene de abajo, del filial, se pasa todo el partido corriendo, no evita el choque y e$ muy joven.

Mejor que Vivar

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Duque ha llegado a decir que va a ser mejor que Vivar, el ídolo de la afición hasta que dejó el equipo el año pasado para formar parte del Tenerife. Bien, pues Alfredito armó un gran revuelo en los primeros minutos de partido. A los pocos segundos ya fabricó un gol a Íñigo, que éste envió fuera. El juego del Lega era aseado y Alfredo se posicionó de media punta, enriqueciendo a sus compañeros de excelentes balones.

A los 20 minutos y con los locales haciendo el mejor fútbol de la temporada, Miguel Ángel envió el balón al palo después de un tremendo zapatazo desde fuera del área. Después, el cuero llegó a Íñigo, que remató al larguero. Carambola que hacía saltar a Duque del balquillo y lamentarse a todo el. campo. Hubo más en esta primera parte. Tocho se coló como un avión en la defensa visitante y cabeceó un misil que se marchó fuera por muy poco. Todavía Miguel Angel e Íñigo hicieron que los espectadores no se quitaran las manos de la cabeza en todo el primer tiempo.

Luis Ricardo salió en el descanso en sustitución del lesionado Tocho. A los cuatro minutos, el delantero leganense conseguía el extraño gol. Este tanto le debió dar miedo al Lega, que no volvió a acercarse a la portería del Palamós. Comenzaban un partido particular el jugador del Palamós Álex y el portero local Mario. Álex cogía el balón cada vez que le pitaban una falta a favor de su equipo y tiraba sobre Mario con potencia. Mario respondió como un gran portero. Ayer, Mario regaló a la afición tres paradas colosales a los envenenados balones de Álex. Mario hizo efectivo el cabezazo de Luis Ricardo. Ninguno llegaba fácil.

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