BALONCESTO: LIGA ACB

El Barça abusa de la soledad de Sabonis

El Real Madrid pierde su imbatibilidad liguera en el Palau Sant Jordi

Sabonis se quedó solo. Ausentes Arlauckas y Santos, perdido en varias fases Antonio Martín, limitado Kurtinaitis a un alocado arranque, el pivot lituano no tuvo compañía en el Palau Sant Jordi. El Barcelona lo aprovechó para ganar por vez primera al Madrid en un escenario que se le había atravesado al anfitrión en los cinco enfrentamientos anteriores que habían protagonizado ambos equipos.El Barcelona, que también estuvo privado de Epi y de Andreu, descubrió la desnudez de Sabohis a pesar de las múltiples maniobras de Zeljko Obradovic. El técnico serbio lanzó constantes cortinas de humo...

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Sabonis se quedó solo. Ausentes Arlauckas y Santos, perdido en varias fases Antonio Martín, limitado Kurtinaitis a un alocado arranque, el pivot lituano no tuvo compañía en el Palau Sant Jordi. El Barcelona lo aprovechó para ganar por vez primera al Madrid en un escenario que se le había atravesado al anfitrión en los cinco enfrentamientos anteriores que habían protagonizado ambos equipos.El Barcelona, que también estuvo privado de Epi y de Andreu, descubrió la desnudez de Sabohis a pesar de las múltiples maniobras de Zeljko Obradovic. El técnico serbio lanzó constantes cortinas de humo para evitar un correctivo de grandes proporciones. Su equipo anda roto. Las ausencias le restan empaque y muchos de quienes juegan denotan una desorientación absoluta. El equipo azulgrana encaró el partido con academicismo, como si su rival fuera el Madrid de siempre. Pero no lo era. Kurtinaitis con tres triples casi consecutivos nada más empezar dio la sensación de que él y sus compañeros iban a ser duros de pelar. El Barcelona se amparó en las muñecas de Ferran y Fernández y el trabajo impecable de Middleton para mantenerse casi siempre por delante.

El Madrid duró 27 minutos: 59-49. Pocas veces el grupo madridista quedó tan inerme ante los alardes del Barça, con una desventaja que se estabilizó en 18 puntos, 73-55, desde siete minutos antes del final. Pero el partido tuvo un doble fondo. Las maniobras del Madrid dejaron entrever la sibilina mano de Obradovic. Nada es gratuito en el equipo madridista. Las intenciones se adivinan aviesas para el contrario e instructivas para su grupo. No hay tregua en. el reparto de doctrina. A Antúnez le pide a veces, como en. los inicios de la segunda parte, que resuelva; en otras, que mida sus acciones, que piense. A Cargol le exige el esfuerzo de jugar como pivot mientras abronca a Antonio Martín, que anduvo perdido, incluida su reincorporación al banquillo desde el vestuario que efectuó atravesando la pista mientras el balón estaba en juego por lo que el partido tuvo que ser interrumpido. Ante un equipo así, cuando Fernández cogió su escopeta, Fisher le respaldó mínimamente y el Barcelona desengrasó su maquinaria, se acabó el partido. Los locales descargaron su continencia del primer tiempo.

Sabonis da a veces la sensación de ser claramente superado por su para, ayer Ferran y Ellis. El pívot de la cantera azulgrana, amparado en su buen lanzamiento a distancia, rehuyó la lucha cuerpo a cuerpo y provocó que Obradovic tuviera que cambiar los marcajes y asignarle a Martín. Sabonis se hizo el amo de la zona. Pero desde fuera llegaron intentos triples, con rebotes largos en cuya captura fueron más precisos Middleton o Ellis. Aún así el buque insignia del Madrid fue sumando hasta: 17 puntos -eso sí, con sólo 7 canastas de un total de 17 lanzamientos- y 18 rebotes que le hacen superar los 2.500 en la Liga y lograr la distinción de jugador histórico en la materia.

Sabonis estuvo muy marcado y mal asistido. Tan sólo pudo ofrecer un par de canastas fáciles a sus compañeros cuando ésta es una especialidad que suele darle bastante resultado cuando el equipo rival se multiplica en el marcaje al gigante madridista.

El Barcelona se disparó en el último cuarto de partido y el Madrid quedó a expensas de los desperfectos que le causó un equipo que mira al aro con mayor puntería y agilidad que las pasadas temporadas. La defensa del Barcelona es intensa pero no tan agresiva. Pero su ataque es de los que hacen daño. El Madrid se fue ayer del Palau Sant Jordi con un correctivo que supone su quinta derrota y que puede servir para que se cocine el tercer proyecto anti-Sabonis en manos de Aíto con mejores condimentos de años anteriores.

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