Rominger lanza el desafío al récord de Induráin

En sólo una semana Tony Rominger está dispuesto a dar, todos los pasos: el lunes aprendió a montar en bicicleta de pista y se siente ya preparado para desafiar el récord de la hora, los 53,040 kilómetros logrados por Miguel Induráin el 2 de septiembre. La cita ya esta servida, tiene fecha y hora: sábado 22 de octubre, 16.30 horas, velódromo de Burdeos, el mismo lugar en que Induráin se convirtió en el primer hombre en superar la barrera de los 53 kilómetros.

Las similitudes con el empeño del navarro acaban ahí. "Quiero probar mi valor a nivel del mar, sin casco perfilado ni maill...

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En sólo una semana Tony Rominger está dispuesto a dar, todos los pasos: el lunes aprendió a montar en bicicleta de pista y se siente ya preparado para desafiar el récord de la hora, los 53,040 kilómetros logrados por Miguel Induráin el 2 de septiembre. La cita ya esta servida, tiene fecha y hora: sábado 22 de octubre, 16.30 horas, velódromo de Burdeos, el mismo lugar en que Induráin se convirtió en el primer hombre en superar la barrera de los 53 kilómetros.

Las similitudes con el empeño del navarro acaban ahí. "Quiero probar mi valor a nivel del mar, sin casco perfilado ni maillots especiales", declaró ayer en Burdeos el suizo. Los cuidadosos preparativos del navarro se han convertido en un ciclón de acontecimientos diarios en el caso del suizo; la tabla de marcha seguida por Induráin -un guión para regular el ritmo de pedalada según la velocidad alcanzada en cada momento- será el sábado simplemente un saco de sensaciones: "Correré como en una contrarreloj de carretera, vaciándome desde el principio". Y la tecnología quedará reducida a la mínima expresión: Rominger no cabalgará sobre una espada, sino sobre una bicicleta convencional de pista en acero. Tampoco habrá espectadores para empujarlo. Al intento sólo asistirán sus ayudantes, los jueces y comisarios de la Unión Ciclista Internacional, que darán validez al cronometraje, y periodistas de prensa escrita, dejando fuera a los de radio y televisión.Todo lo concerniente a los preparativos de Rominger ha estado rodeado de secretos y de sorpresas, de conejos sacados de la chistera. El entorno del suizo se ha multiplicado para extender la niebla alrededor de las intenciones del corredor. Según las informaciones iniciales, el paso de Rominger por Burdeos sólo serviría como una prueba de cara a mayores alturas. Simplemente un examen para llegar a conocer si tenía capacidad para lanzarse a por el récord en fechas posteriores. Pero ayer, de forma contundente, recogió el guante de Induráin. Según el suizo, el intento del sábado no anulará la idea inicial, esto es, trasladarse a México en noviembre para batir la marca el día 20 en altura sobre una bicicleta especial que se le está fabricando en Italia.

El repentino cambio de planes se achaca en el grupo que prepara el récord mayoritariamente español: Rominger depositó toda su confianza en técnicos, masajistas y mecánicos españoles cuando pasó al Clas- a las pruebas que efectuó ayer Rominger en el velódromo bordelés. "Está que se sale. Su forma es óptima", comentaron algunos de sus ayudantes. La prueba de ayer, un test del médico Michele Ferrari, consistió en 100 vueltas al velódromo -250 metros de cuerda-, distancia en la que el suizo rodó a más de 50 kilómetros por hora. "Se comía la línea negra [raya en el suelo que indica la trayectoria óptima]", añadía otro. "Y si no se sintiera capaz de lograrlo, no intentaría batirlo".

La confianza de Rominger en los métodos de Ferrari -su médico deportivo personal- parece suficiente para disipar las dudas sobre la rapidez con que se afrontará el récord, un intento que no puede ser un brindis al sol ya que está en juego parte de la credibilidad del corredor. Ferrari cree ciegamente en las virtudes de la matemática aplicada a la fisiología, de las ecuaciones.

La máquina mecánica ya está preparada a falta de la elección del desarrollo, que se decidirá mañana. Será una bicicleta de acero, de tubos perfilados con un peso de nueve kilos, cuenta Alejandro Torralba, mecánico de Rominger. Las medidas son las usuales de Rominger en carretera, con la diferencia de que será más alargada -74º frente a los 71º de su bicicleta de carretera- para que el corredor pueda pedalear más tumbado y ganar en aerodinamismo. Las ruedas serán Jumbo, lenticulares, y el manillar de cuerno de vaca con apoyo de triatleta. La rueda trasera tendrá un diámetro de 700 milímetros y la delantera de 650. En el ensayo de ayer utilizó diferentes desarrollos: platos de 60, 59, 59 y 57 dientes y piñones de 13, 14, 15, 16 y 17. Induráin gastó un 59 x 14, que le permitió 8,77 metros por pedalada.

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