SEGUNDA B

El sueño del Móstoles se quiebra en Ávila

El sueño del Móstoles se quebró en Ávila. La suya era, tal vez, una carrera demasiado brillante para un equipo tan modesto. Algún día tenía que llegar la primera derrota, y fue ayer. El Móstoles se presentó en Ávila sin su mejor baza ofensiva, el goleador Carretero, y se volvió a casa con la cabeza gacha por primera vez en esta temporada.En el primer tiempo, los dos cuadros se vigilaron estrechamente. De ahí que se produjeran escasas ocasiones de gol. La única reseñable, en el minuto 32: un disparo de Pascual que paró Pozanco. Por lo demás, mucho corazón y pocas ideas.

El segundo tiempo...

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El sueño del Móstoles se quebró en Ávila. La suya era, tal vez, una carrera demasiado brillante para un equipo tan modesto. Algún día tenía que llegar la primera derrota, y fue ayer. El Móstoles se presentó en Ávila sin su mejor baza ofensiva, el goleador Carretero, y se volvió a casa con la cabeza gacha por primera vez en esta temporada.En el primer tiempo, los dos cuadros se vigilaron estrechamente. De ahí que se produjeran escasas ocasiones de gol. La única reseñable, en el minuto 32: un disparo de Pascual que paró Pozanco. Por lo demás, mucho corazón y pocas ideas.

El segundo tiempo parecía que se iba a mantener dentro de los mismos parámetros, pero en el minuto cinco se produjo una jugada que variaría la estructura del partido. Una acción en la que dos jugadores del Ávila acosaron a Garriga cuando estaba en posesión del balón dentro de su propia área, lo que obligó al madrileño a ceder el cuero sobre su propio portero. El árbitro señaló, en consecuencia, el preceptivo libre indirecto, lo que supondría el primer tanto del Ávila.

Cambio de mentalidades

A partir de ahí, el encuentro ya no tuvo nada que ver.Los equipos se rompieron: el Avila comprendió de golpe que el líder era asequible; los de Casimiro Escudero vieron que peligraba su condición de invictos. En el conjunto madrileño, Garriga fue el que llevó el peso de la mayor parte de las acciones, mientras que en el cuadro abulense, Somoza y Juan Carlos eran los que marcaban la pauta.Pero también hubo un periodo en que los equipos empezaron a desplegar un juego sin ideas. Las prisas y las ganas de irse para arriba como fuese oscurecieron el nivel del juego. Sobre la frontal de las dos áreas se desarrolló principalmente la acción pero sin resultados aparentes.

El Móstoles adelantó línea,, en busca del empate. Creían en la igualada y se emplearon a fondo Pero en el minuto 73, en un contragolpe abulense, llegó el segundo tanto local. Era el fin del sueño del Móstoles.

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